La simbología de la paloma esté fuertemente influenciada por la religión. En el Antiguo Testamento de la Biblia, Noé soltó una paloma blanca con el propósito de encontrar tierra firme, y esta volvió con una ramita de olivo en el pico, lo que significaba que habían cesado las inundaciones y que Dios estaba de nuevo en paz con la humanidad. En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo descendió de los cielos encarnado en una paloma durante el bautizo de Jesús. Iconográficamente el cristianismo incluso la asocia con la virgen Maria. Además de símbolo de la paz y de la maternidad, también lo es de la pureza, de la inocencia y del amor. Afrodita, la diosa griega del amor, frecuentemente se representaba junto a una paloma.
Buena parte de esas interpretaciones se reúnen en las imágenes que se reproducen en esta entrada, tarjetas postales casi todas ellas de principios del siglo veinte, donde aparecen fotografíadas palomas disecadas portadoras de buenos deseos. Un ejemplo es la postal de arriba, destinada en principio a felicitar las Navidades, donde dos palomas blancas, casi siempre son blancas, sobre una rama de olivo aparentan sujetar con su pico el mensaje en francés "Joyeuses Pâques", "Felices Pascuas". Como era frecuente, se trata de una tarjeta editada en Francia por la Unión Postal. La mandó a finales de marzo de 1907, desde la estación de Zúrich, Suiza, un hombre a su pareja, que vivía en Nueva York, a la que mandaba "muchos besos".
Las dos tarjetas anteriores están editadas en París por P.C. La amada recogía la esperada carta del pico de una paloma mensajera. Las fotografías se tomaron en la misma sesión, con la misma modelo e idéntico traje, aunque el vestido se coloreó distinto. Las dos se tratan de felicitaciones por su santo a la misma destinataria, una tal María, que las recibió a mediados de los meses de agosto de 1931 y 1935, en Barcelona y en Madrid, donde debía residir por aquellas fechas. La segunda remitente justificaba además la tardanza con un poco tranquilizante "Dispénsame si no te he escrito antes, pues nos han entrado ladrones, aunque no se han llevado nada". Tan sólo se había retrasado un par de días.
Con un mensaje menos explícito, la paloma disecada de la siguiente postal parece posarse en la mano de la modelo. La tarjeta, ligeramente coloreada, es francesa y está editada por Trianon, imprenta que probablemente estuviera domiciliada en Versalles. En el matasellos sólo es legible el día y el mes, 11 de abril, no el año. Posiblemente sea de los años veinte o treinta. En el texto una pareja felicita igualmente por su santo a una amiga domiciliada en Barcelona.
Ahora son dos tórtolas -tradicionalmente representan los mismo que las palomas- las que sostiene la joven modelo en la tarjeta postal que sigue, coloreada a mano y también editada en Francia.
Las niñas rodeadas de palomas disecadas simbolizando candidez e inocencia son también imágenes frecuentes en las postales. La de la derecha es una postal editada por A.S., del que no dispongo de datos. El texto, la felicitación de una tía a su sobrina, está fechado el 12 de septiembre de 1913. En ella se ve a una niña, junto a una banqueta con flores y cinco palomas rodeándola. Los lazos y las flores están ligeramente coloreados de rosa.
La última fotografía de color sepia corresponde a una postal enviada por una señorita a su "primita" de Tarragona el 12 de octubre de 1926. La modelo es una niña sonriente que supuestamente da de beber a tres palomas. La editora es Bleuet de París, especializada en este tipo de postales alegóricas.
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Taxidermidades, 2017.
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