Damas y alfombras de animales en la pintura academicista.

Princesa Zinaida Yusupova de K. P. Stepanov.

Dediqué hace algunas semanas una entrega a la pintura academicista con el mismo motivo, aunque en aquella ocasión las modelos que posaban junto o sobre alfombras de animales lo hacían desnudas. En las siguientes obras, en cambio, quienes posan en su salón son en su mayoría damas de la alta sociedad que han contratado los servicios del retratista. Se trata de trabajos por encargo que además reflejan inequívocamente el estatus social, uno de cuyos signos durante bastante tiempo, me refiero al siglo XIX y principios del XX, consistía precisamente en poseer un oso disecado o cubrir el suelo del salón con una alfombra de oso o de tigre. Como primer ejemplo, en la imagen de la derecha podemos ver Princesa Zinaida Yusupova una obra al pastel de 1903 de Klavdij Petrovic Stepanov (1854-1910), pintor y funcionario que por razones de trabajo vivió un tiempo en Francia e Italia. La princesa Zinaida Nicolayevna Yusupova (1861-1939), dama de honor de varias emperatrices, fue la heredera única de la mayor fortuna privada de Rusia de la época, que además de por su belleza fue famosa por la fastuosidad de su hospitalidad, y que más tarde sería recordada como la madre del príncipe Felix Yusupov, el asesino del influyente Rasputín.

La pintora noruega Asta Norregaard (1853-1933) estudió en Múnich y París y trabajó sobre todo como retratista. La siguiente fotografía reproduce su Portrait of Elisabeth Fearnley, una obra de 1892.

Portrait of Elisabeth Fearnley de Asta Norregaard.

Otra obra con modelo con nombre y apellido conocidos es Portrait of Bessie, igualmente de 1892, protagonizada por Miss Elizabeth Newton. El cuadro, que en la actualidad puede verse en el High Museum of Art de Atlanta, Estados Unidos, fue realizado por el pintor neoyorquino Albert Herter (1871-1950), que además destacó como reconocido ilustrador.

Portrait of Bessie de Albert Herter.

En la obra de Gerald Edward Moira Clara and Vera Palmer son dos niñas leyendo sobre una alfombra de oso las retratadas. Moira (1867-1959), pintor inglés hijo de diplomático portugués, cuyo verdadero nombre era Giraldo Eduardo Lobo de Moura, alcanzaría su mayor reconocimiento como muralista.

Clara and Vera Palmer de Gerald E. Moira.

En Portrait of a Young Woman (1883) del belga Jean Marie Joseph Costantin Jan van Beers (1852-1927), desconocemos en cambio la identidad de la modelo. Van Beer, asimismo ilustrador, estudió en París con el pintor Alfred Stevens, que también pintó algún motivo taxidérmico.

Portrait of a Young Woman de Jan van Beers.

Otra joven dama vestida de negro es la protagonista de La morfinomana, un óleo del italiano Vittorio Matteo Corcos (1859-1933), que estudió en la Academia de Bellas Artes de Florencia y años más tarde se instalaría en París. Corcos, afamado retratista, pintó entre otros al emperador de Alemania Guillermo II y su esposa; Margarita de Saboya, esposa del rey Humberto I de Italia; y Amelia de Orleans, esposa del último rey de Portugal. En una segunda obra suya, Sul balcone, el artista pinta una alfombra de león sobre una balaustrada.

La morfinomana de Vittorio Matteo Corcos.

Sul balcone de Vittorio Matteo Corcos.

En Afternoon Tea (1885), una obra de William Henry Lippincott (1849-1920), la escena es más amplia y colorida. El óleo, donde aparece de nuevo una alfombra de oso polar, como comprobamos el animal más frecuente, está coprotagonizado además de por una joven dama, por su hija, que juega a servir el té a su muñeca, y a la izquierda por un guacamayo sobre su percha. Lippincott, que además fue ilustrador y escenógrafo, además de retratos, frecuentemente modelos femeninas y elegantes, fue paisajista y pintor de escenas de género.

Afternoon Tea de William H. Lippincott.

El belga Gustave Léonard de Jonghe (1829-1893) también inmortalizó a la mascota de la retratada, en este caso una cacatúa, en Woman at the piano with Cockatoo, un trabajo de 1870. El cuadro refleja igualmente un ambiente burgués decorado en este caso con una alfombra de tigre.

Woman at the piano witk Cockatoo de Gustave Léonard de Jonghe.

Tocar el piano o la lectura eran las actividades obligadas para las damas de las clases pudientes. El artista francés Jean Georges Ferry (1851-1926) da cuenta de ello en su Deux femmes lisant a l'intérieur, con una alfombra de oso polar cuya cabeza soporta los pies de una de las relajadas jóvenes.

Deux femmes lisant à l'intérieur de Jean Georges Ferry.

La decoración que rodea a la inmensa alfombra de oso polar es mucho más recargada en Donna con la mandola (1891), un óleo del artista italiano Arturo Marion Covalini (1862-1938), que estudió en la Academia de Bellas Artes de Múnich y que pintó numerosos retratos contratado por las famililas burguesas de Udine.

Donna con la mandola de Arturo Marion Covalini.

En la témpera Autumn flowers el academicista parisino Jehan Georges Vibert (1840-1902) retrata a su modelo en un ambiente decorado al estilo oriental. Vibert pronto logró popularidad y sus obras altos precios. Entre sus clientes estadounidenses se contaron los magnates John Jacob Astor IV, que fallecería a bordo del Titanic, y William Henry Vanderbilt.

Autumn flowers de Jehan Georges Vibert.

Abandonamos la burguesía y los trabajos por encargo y nos aproximamos al orientalismo de la mano del austríaco Rudolf Ernst (1854-1932), que estudió en la Academia de Bellas Artes de Viena y pronto se trasladaría a París. Ernst triunfaría en ese estilo que empezó a practicar a partir de 1885. En su óleo Les captives, las modelos aparecen recostadas sobre una alfombra de tigre.

Les captives de Rudolf Ernst.

Para concluir, una obra de 1892 del artista inglés George Sheridan Knowles (1863-1931), inspirada en la canción tradicional infantil Glasgerion, en la que el príncipe arpista del mismo nombre es invitado a tocar por un rey con la intención oculta de que se enamore y se case con su hija. El pintor de Mánchester recrea la escena medieval con una piel de oso en el suelo de la estancia.