Nos encontramos en Budapest, Hungría, a finales del siglo XIX. Un cartero, modesto funcionario, tratando de sacar adelante a una familia con seis hijos y dos hijas. Tarea encomiable. Con apenas dieciséis años, Coloman Jonas (1879-1969), el hijo mayor empezó a trabajar como aprendíz de un taxidermista local. Cobraba un salario equivalente a unos cuatro euros mensuales. Aquel taller tenía como clientela a la nobleza de Budapest que, aficionada a la caza, proveía de trabajo con animales provenientes de todos los continentes, incluyendo África, un destino emergente en aquellos momentos. Coloman, aprendió inglés y alemán por su cuenta y progresó notablemente como taxidermista, hasta llegar al punto de que Gustav Gus Stainsky, pupilo de Philipp Leopold Martin y el más reputado taxidermista del oeste de los Estados Unidos, con taller en Colorado Springs, le ofreció empleo. Tras consultarlo con su padre, Coloman viajó a América para comenzar una nueva vida.
La carta del capitán Davies.
Thomas Davies remitió el 12 de marzo de 1770 una carta a John Ellis, naturalista inglés y miembro de la Royal Society. Esa carta se publicó en The Philosophical Transactions of the Royal Society of London en el mes de enero de 1771 bajo el título A Letter from Captain Davies to John Ellis, Esq., F.R.S., on a Method of Preparing Birds for Preservation. El destinatario de aquella carta era un hombre de negocios, comerciante de lino, agente colonial y naturalista aficionado, que había mantenido correspondencia con Carl von Linné, que había destacado por sus estudios sobre las coralinas y que más tarde lo haría de nuevo con un estudio sobre la naturaleza animal de los zoofitos.
Davies nació en el año 1737 en Shooter's Hill (Londres, Inglaterra). En 1755, con dieciocho años, ingresó como cadete en el Royal Military College de Woolwich. Estudió
dibujo topográfico y, como muchos de sus compañeros, también dominaba
el dibujo artístico. Al año siguiente fue ascendido a teniente. En 1757
participó en la fallida campaña de Louisbourg (Cape Breton Island),
donde pintó la ciudad de Halifax. Es su primera acuarela conocida. En
1759 se unió a la expedición Amherst del lago Champlain. Dibujó
Ticonderoga, cerca de Nueva York y la fortaleza británica de Crown
Point. En 1760 participó como artillero en la campaña de Montreal, donde
fue de los primeros en levantar la bandera británica. Los siguientes
años los pasó remontando el río San Lorenzo y sus afluyentes, el lago
Ontario y el río Niágara. De esa época se conservan sus acuarelas con
imágenes de las cataratas y de la ciudad de Montreal vista desde la isla
de Santa Elena, y en ellas se observa la especial atención que dedicaba
a la fauna y a la flora. En 1763 finalizó la Guerra de los Siete años.
Davies permaneció durante un año en Nueva York, hasta que en 1767 su
compañía embarcó de vuelta a Inglaterra (2). Ya en Londres, expuso sus
dibujos en la Royal Academy y en 1768 publicó una serie de seis grabados con imágenes de la región canadiense de Amherst y de sus cascadas.
Las aventuras de Carl Akeley en cómic.
Carl Akeley, naturalista y taxidermista en los museos de Historia Natural de Chicago y Nueva York, viajó en 1896 a África con una expedición del British Museum. Los periódicos ingleses y americanos se hicieron eco de la pelea entre un leopardo herido y un Akeley que, desarmado, estranguló al animal después de que este le mordiera. Se conservan fotografías de Carl Akeley de pie, con los brazos vendados, junto al leopardo muerto. Akeley volvió con varias expediciones a África en los años 1905, 1909, 1911 y 1921. En una de ellas acompañó al presidente Theodore Roosevelt. Fue el principal impulsor de la creación del primer parque nacional de África, el Virunga National Park (República Democrática del Congo), creado en 1925. Cazador en sus inicios, en el tramo final de su
vida defendió solamente
la captura de ejemplares con finalidades científicas o educativas, y
condenó la caza deportiva. Las crónicas de las aventuras de Akeley en África lo convirtieron en una celebridad y los cómics, unas historietas dibujadas, con un texto breve y que llegaban a un lector más popular, también contribuyeron a ello.
Carl Akeley por Stookie Allen en Argosy. |
La técnica de la esculturodermia.
En enero de 1938 la revista mensual americana Popular Science publicó un reportaje de cuatro páginas titulado El gorila más grande del mundo preservado por el nuevo arte de la esculturodermia (1). El subtítulo arrojaba algo más de luz: "En la notable serie de imágenes reproducidas en estas páginas, usted verá cómo se combinaron escultura y taxidermia para recrear este infrecuente espécimen animal". El reportaje incluía diecisiete ilustraciones comentadas que mostraban el proceso ideado por Louis Jonas, paso a paso, ejecutado por él y por algunos ayudantes. Alguna fotografía es humorística y en otras se comparan las posturas humanas con las de los gorilas. El texto del artículo es breve. Lo traduzco a continuación: