La Taxidermia como Arte. Orígenes de esa relación.


La taxidermia, antes que Taxidermia, fue Arte.

Hace unos 7.800 años en el desierto de Atacama, al norte de Chile, la cultura Chinchorro ya preparaba cadáveres utilizando técnicas taxidérmicas. Más tarde, en Egipto, se practicaba la momificación de cuerpos humanos y de animales. Otras culturas usaron también técnicas parecidas. Durante el Renacimiento, los Gabinetes de Curiosidades acumulaban objetos de Historia Natural que llegaban de tierras lejanas recién descubiertas y que precisaban cierta preparación para su conservación. La primera bibliografía -llamemósle así- taxidérmica, aunque escasa, apareció en los siglos XVI y XVII. "Modo de conservar", "preservar", "instrucciones para la conservación" fueron los términos y expresiones más usados durante los siglos XVII y XVIII.
 

Detalle de la portada del libro de Hénon y Mouton-Fontenille.

"Corrección" de Thomas Bernhard.


Portada del libro.
Para el lector, el estilo de Thomas Bernhard, escritor austríaco, no es nada fácil y la temática de sus obras es una constante. Es crítico con el ser humano que, sin ideas propias, sigue al rebaño. Considera que el trabajo intelectual conduce a la locura y que la ignorancia origina violencia. Sus temas más recurrentes son la incomunicación del ser humano, la obsesión, la locura, la enfermedad, la destrucción y la muerte. Su estilo de escritura, reiterativo, minucioso, sin puntos y aparte, es obsesionante. Bernhard escribió Corrección (Korrektur), una de sus novelas más conocidas, en el año 1975. La sinopsis de la obra que aparece en la contraportada del libro es la siguiente:
   “Tras el suicidio de su amigo Roithamer, el anónimo narrador de la novela llega a la casa del taxidermista Höller, en cuya buhardilla el suicida ha permanecido durante seis años entregado a la tarea de planear y construir, en el centro geométrico exacto del bosque de Kobernnauss, un Cono que, desafiando las leyes de la construcción tradicional, estaba destinado a ser residencia y “felicidad suprema” de su hermana. Urdida en torno a un proceso obsesivo de creación y destrucción que se plasma en un afán de constante corrección, la novela es una reflexión sobre los problemas del hombre contemporáneo, enfrentado a la deshumanización, el desamor y la soledad.”
La lectura de algunos párrafos de la novela nos servirán para comprobar esa progresión obsesiva, también la del protagonista narrador anónimo. Seleccionamos solamente algunos pasajes que guardan cierta relación con la taxidermia. Así, estas son sus impresiones al llegar a casa de los Höller:

El "jackalope", "Wolpertinger" o lebrílope.

Grabado del Tableau Encyclopédique Métodique de Panckoucke (1789).

Artistas actuales crean esculturas de animales desconocidos a partir de partes de varios animales. El único mérito para algunos de ellos ha sido el conseguir ingresar en el circuito del arte y lograr unas cotizaciones de sus obras nada despreciables. Pero esas creaciones de animales mitológicos o inexistentes han sido para muchos taxidermistas una travesura que hemos practicado en alguna ocasión y que, desde sus principios, siempre se ha dado en la historia de la taxidermia: montar las alas o patas de ave a un mamífero, o la cabeza de un mamífero a un ave, o combinar varios animales para crear otro.

El gabinete de Francesco Calzolari.

Retrato de Francesco Calzolari.
Francesco Calzolari o Calceolari nació en Verona el 10 de julio de 1522, donde Giacomo, su padre, regentaba la farmacia conocida como Alla campana d'oro en la plaza Erbe. Francesco, conocido por su resistencia a alejarse de su ciudad natal, tuvo como maestro al médico, filósofo y humanista Girolamo Fracastoro, un veronés al que ya en 1517 sus observaciones de fósiles marinos le llevaron a afirmar que algunas montañas se habían formado bajo el mar, lo que anticipaba teorías que se enunciarían siglos más tarde. Predestinado a continuar con la farmacia familiar, sabemos que en los años 1548 y 1549 Calzolari asistió a la Universidad de Padua, donde recibió las enseñanzas de Luigi Anguillara, encargado del Orto botanico, y donde trabó amistad con el naturalista boloñés Ulisse Aldrovandri, con quien mantuvo abundante correspondencia científica durante más de cuarenta años (1), y quien le presentó a Luca Ghini, maestro de multitud de naturalistas de la segunda mitad del siglo XVI, y con quien colaboró herborizando y escribiendo algunos trabajos.