La bella y la bestia es un tradicional cuento de hadas europeo que parece remontarse al siglo XVI, pero que no tiene nada que ver con el contenido de este artículo. Sólo nos serviremos de su afortunado título para ilustrar una sucesión de imágenes en las que, mayoritariamente, modelos y actrices posan junto a un, o sobre un feroz animal tratado taxidérmicamente, imágenes que se repiten de forma recurrente en la historia de la fotografía, alimentando, estoy seguro de ello, más de una fantasía sexual. No cabe duda de que la belleza de una señorita enfrentada a un salvaje animal es una contraposición que ha estimulado el erotismo en el último siglo. Si alguien se atreve a sostener lo contrario, por favor, que me escriba.
Modelo posando en 1906 sobre una alfombra de oso. |
"Los muebles eran de laca blanca y azul, incrustada con filetes de plata; por todas partes veíanse pieles de oso blanco, tan numerosas que ocultaban las alfombras; era un capricho, un refinamiento de Naná, que no había perdido la costumbre de sentarse en el suelo para quitarse las medias."
Fragmento de Naná (1880), novela de Émile Zola.