Grabado del frontispicio del manual de Hornaday. |
Taxidermy and Zoological Collecting, ocupa 362 páginas más las de cortesía, tiene un tamaño de 15x22,5 cm., y está profusamente ilustrado con 24 planchas a página completa y 104 figuras intercaladas en el texto. El capítulo dedicado a la captura y conservación de insectos está escrito por el entomólogo William J. Holland, que años más tarde sería nombrado director del Carnegie Museum de Pittsburgh. En la portada aparece como autor de los dibujos Charles Bradford Hudson "y otros artistas". El famoso grabado del frontispicio en el que aparece una cabeza de tigre de Bengala es precisamente un dibujo de Hudson. El libro se divide en cuarenta y seis capítulos repartidos en seis partes, dedicadas a la captura y la conservación, la taxidermia, el moldeo y las réplicas, la osteología, el coleccionismo y la conservación de insectos, para acabar con información general de carácter práctico y algo de bibliografía donde, por cierto, no encontramos ningún manual de taxidermia. El manual de Hornaday, un auténtico éxito de ventas, fue uno de los dos textos inspiradores del famoso curso de Taxidermia por correspondencia de la Northwestern School of Taxidermy.
En
el prefacio, el autor ponía el acento en "la rápida y alarmante
destrucción de todas las formas de vida animal", lo que le servía para
justificar y defender la necesidad de crear grandes colecciones
zoológicas "antes de que las principales especies sean exterminadas", y
citaba algunos ejemplos. Acto seguido escribía que "este trabajo era su
contribución a la ciencia de la zoología y a los constructores de
museos" y que era "un asunto de corazón". Hornaday afirma que casi la
totalidad de manuales sobre taxidermia que había leído los había
encontrado "deplorablemente carentes", excepto uno, en francés,
"publicado hace algunos años", pero no lo cita.
La primera parte del tratado está dedicada a la captura y
conservación de especímenes. Hornaday remarca la importancia de tomar
fotografías, medidas, notas descriptivas y hasta, en algunos casos,
hacer moldes. Es aquí donde el autor describe el desollado, tanto de
pequeños como de grandes mamíferos, cuyas mayores diferencias estriban
en la cantidad de medidas que se toman y en el desollado longitudinal de las patas que
se ha de efectuar en los segundos. El baño curtiente que propone es el
tradicional de agua, sal y alumbre, en la proporción de un galón (1), tres
cuartos de libra, y libra y tres cuartos, respectivamente. Y lo defiende
por "económico, fácil y simple de preparar; su acción es perfecta". El
desollado de aves es el más usual, el que todavía se practica en la
actualidad, a partir de una incisión desde el esternón hasta el ano. Los
consejos para las aves de mayor tamaño se concentran en las
particularidades del desollado de las alas por la parte inferior, a lo
largo del radio y hasta el codo; el desengrasado de la piel de los
pingüinos; el procedimiento de desollado de la cabeza en los patos,
gansos, cisnes, flamencos... Como producto preservativo, a pesar de que
"la mayoría de coleccionistas no usa alumbre", Hornaday propone una
mezcla a partes iguales de arsénico en polvo y alumbre
-aunque el bórax lo utilizaban entonces algunos taxidermistas ingleses, aún
tardaría un par de décadas en generalizarse su uso-. Hornaday usa, además, el
jabón arsenical para las aves grandes. Las serpientes medianas,
pequeñas, y los lagartos, se conservarán sumergidos en una mezcla a
partes iguales de alcohol al 95 % y de agua. Antes se les habrá
practicado algunos diminutos cortes en la zona abdominal para que los
conservantes penetren. Los cocodrilos y caimanes se desollarán como los
mamíferos y, una vez descarnados, al interior de la piel se aplicará
jabón arsenical y luego se espolvoreará a discreción con alumbre
pulverizado. Las tortugas se desollarán separando el peto y, tras
descarnarlas, lo mismo, jabón arsenical y alumbre, o sumergidas si son de
menor tamaño. Los peces se pueden conservar enteros o bien desollados y
sumergidos en alcohol, o bien las pieles conservadas en salmuera, y los
esqueletos o huesos, secos o en alcohol. También instruye sobre algunas
particularidades en el desollado de los peces óseos y de los
cartilaginosos. Esta parte finaliza abordando el tema de la captura y
conservación de invertebrados marinos, y la recolección y preparación de
huevos y nidos de aves.
La
parte dedicada a taxidermia -propiamente dicha- la inicia, como de costumbre, relacionando
las herramientas y los materiales que se precisarán. Prosigue con un apartado dedicado a la
preparación de las pieles secas de mamíferos para su montaje y otro en
el que Hornaday expone "principios de universal aplicación en el montaje
de los vertebrados de mayor tamaño". En este último capítulo, tras un
preámbulo en el que leemos frases como "el taxidermista ideal debe ser
una combinación de escultor y anatomista, naturalista, carpintero,
herrero y pintor. Debe tener el ojo de un artista, la espalda de un
ayudante de albañil, el tacto de un leñador cierto día, y el de un
grabador al siguiente", nos expone sus seis principios:
"1. Cuanto más delgada sea la piel, mayor será su poder para reducir su contracción. Ello evitará que las costuras se abran.2. Veneno [producto preservativo] con la máxima rigurosidad, para que a pesar de que el especimen esté desprotegido durante años en los que las plagas sean más intensas, estas no encuentren alimento en el pelo o las plumas.3. Use alambres gruesos como soporte, tanto como el especimen soporte sin que suponga sacrificar su forma o posición de piernas y pies. El defecto en el uso de soportes demasiado ligeros es demasiado común, y es meticulosamente reprobable en los taxidermistas en los que se ha convertido en vicio.4. Realice la estructura mecánica de cada individuo (por ejemplo, el conjunto de sujeción del cuerpo, extremidades, cabeza, cuello y cola) hasta que sea completamente firme. Será entonces, y sólo entonces, cuando tendrá a su alcance la colocación de cada miembro del cuerpo en la postura deseada y se mantendrá fijo.5. Cada porción de la piel debe descansar firme sobre una superficie lisa, sea de arcilla, viruta, paja o estopa, según las circunstancias. Si no es así, aparecerán bultos una vez seca que romperán su tersura. Si hay huecos, ocurrirá lo mismo.6. Cuanto mayor sea el especimen más gruesa será la piel y, por consiguiente, más duro y rígido deberá ser el material sobre el que se asienta. No se ha de hacer un maniquí con aro de hierro y arpillera, y un poco de relleno suelto entre eso y la piel, pues los especímenes montados así casi siempre se echan a perder. Si usted rellena una piel con paja, viruta, o estopa, el relleno se ha de compactar hasta convertirlo en una masa sólida, ya que con el paso del tiempo todos estos materiales reducen su volumen, no importa lo rígidos que los haya preparado en un primer momento. La contracción de la paja es a menudo notable y bastante desastrosa."
A
pesar de sus principios, Hornaday propone montar los pequeños mamíferos
alambrando las patas formando el relleno de la musculatura con viruta,
estopa e hilo, para luego introducir un alambre longitudinal que
atraviese el cráneo y salga por la punta de la cola, y fijar a este
alambre los de las patas, para luego ir rellenando el interior de la piel y
finalmente coser la incisión. Esa contradicción la justifica en pro de
conseguir un sistema que permita montar el animal en una postura
natural. Los mamíferos de un tamaño algo mayor, como lobos, perros o,
como dice el autor, "cualquier cuadrúpedo de pelo largo del tamaño de un
zorro", propone montarlos como los pequeños mamíferos, pero
sustituyendo el alambre central por un perfil de madera en el que se
fijan los alambres de las patas, cola y cabeza. Los grandes mamíferos
-recordemos que se desuellan por el interior de las patas hasta el
final- se montarán sobre un maniquí confeccionado partiendo de un perfil
de madera central en el que se fijan los alambres de las patas, cola y
cuello y cabeza, para luego formar el cuerpo dándole forma con viruta o
estopa, bien apretada y envuelta con hilo, y aplicar sobre toda la
superficie de este una capa de arcilla, excepto en las patas, que
deberán ajustarse al acabar de coser la piel sobre esa escultura de
arcilla, una vez seca y repasada su superficie con papel maché. Las
cabezas se montarán de la misma manera. Hornaday dedica un capítulo al
modelado de la expresión facial y de la boca, donde propone como lengua
para los felinos su lengua natural, conservada en alcohol, luego
desollada, arsenicada y rellena con arcilla, dándole la forma deseada y
lego seca y pintada. También explica la forma de prepararla con papel
maché pintado recubierto con cera blanca, o bien
hecha solamente con cera blanca coloreada.
Para
Hornaday, el único método aconsejable para montar las serpientes
consiste en fabricar un cuerpo artificial tomando un alambre e ir
envolviéndolo con estopa -o viruta para las de mayor tamaño- hasta
conseguir las medidas deseadas, para luego aplicar una capa de arcilla,
colocar la piel y coserla. Los lagartos de un tamaño mayor, y también
los cocodrilos y caimanes, propone prepararlos como los pequeños
mamíferos, y los lagartos más pequeños, directamente conservarlos
sumergidos en recipientes con alcohol. Estos últimos, al igual que los
batracios, se podrán mostrar sumergidos en una actitud natural con la
ayuda de unas piezas rectangulares "de cemento o yeso blanco" a las que
se fijan los especímenes con ayuda de hilos, evitando así que se
enrosquen. Este método era el utilizado en el Museo de Zoología
Comparada de Cambridge, Massachusetts, por Samuel Garman. Hornaday
rellena las extremidades, cuello y cola de las tortugas con estopa,
entera o cortada, y el resto del cuerpo con paja.
El
relleno preferido por nuestro autor para los peces es arcilla mezclada
con estopa picada, pero acepta el uso únicamente de estopa picada muy
fina. También describe el proceso de montaje de los "medallones de
peces", un proceso que ya se practicaba en Europa desde hacía décadas,
que Juan Mieg ya describió en 1817, y que consistía en dividir el pez
longitudinalmente en dos, y preparar taxidérmicamente una de esas
mitades, la que conserva las aletas centrales, para ser expuesta a
modo de plafón en la pared. Los cangrejos, langostas, etc., Hornaday los prepara
separando el tórax del abdomen, vaciando su interior, aplicando arsénico
disuelto en agua o una solución de sublimado corrosivo (3) a la parte
interna, alambrar las patas, rellenar el tórax si es necesario, etc.
Omito detalles
procelosos y repetitivos, como la colocación de los ojos, el pintado de labios,
narices, picos, patas..., los barnizados finales, etc., en pos de no alargar
excesivamente este texto, prefiriendo, eso sí, detenerme en aspectos
algo más curiosos o diferenciadores de entre los propuestos por el
autor. Hornaday dedica un capítulo a lo que él denomina "taxidermia
ornamental" y lo hace a partir de la exposición que organizó la Sociedad de Taxidermistas Americanos en Nueva York en 1883, una selección de la cual poco más tarde se expondría en el Museo Nacional de Washington. En aquella representación,
que mostraba trabajos de una docena de taxidermistas, se exponían, por
ejemplo un diorama de colibríes en una vitrina hemisférica para la
pared, al modo de las inglesas; una vitrina-diorama con una pareja de
ánades; otro diorama en el que un setter se representaba señalando una
presa; un combate entre rapaces; un búho real con el plumaje erizado y
las alas entreabiertas; un trofeo de caribú; un grupo de ranas con
posturas humanas, representadas pescando en un charco, y otro grupo
patinando; ...y hasta un retrato del francés Jules Verreaux, uno de los
mayores proveedores de objetos de Historia Natural del mundo. Un grabado de Hudson representando esa exposición en su paso por
el United States National Museum of Natural History de Washington, acompaña al texto. Entre
los taxidermistas que expusieron, algunos de los nombres más conocidos
además de Hornaday fueron Frederic A. Lucas, Frederic S. Webster, John
Wallace, Joseph Palmer, J. F. D. Bailly o Thomas Rowland.
William T. Hornaday, dedica un capítulo a los grupos de animales. Hace una crónica del tránsito desde la expectacularidad de los escasos grupos de mamíferos que se habían montado hasta ese momento, realizados por Verreaux, los hermanos Ward de Londres o John Wallace de Nueva York, hasta los grupos más científicos y menos "teatrales" -son sus palabras- que se empezaban a montar en ese momento en los Estados Unidos, y en los que Hornaday tuvo cierto protagonismo con la realización de sus dioramas de los orangutanes de Borneo (1879), el grupo de coyotes (ca. 1887), o el de la familia de bisontes americanos (1888), entre otros. En ese apunte histórico Hornaday también nos descubre los inicios de los dioramas con grupos de aves en los museos americanos, tarea que emprendieron a remolque del British Museum de Londres, que lo hizo a partir de 1877. Al
capítulo dedicado a los grupos en general, le sigue otro en el que
establece unos principios generales para su realización: selección de
ejemplares, diseño del grupo, espacio, complementos y creación de grupos
especiales o más "teatrales". Se recrea en la explicación de creación de
grupos de mamíferos, de aves y reptiles. Dedica otro capítulo a dar
instrucciones sobre cómo se han de pintar los especímenes de museo.
En
la tercera parte de su manual, Hornaday describe "los principios de
aplicación universal en la confección de moldes y réplicas". Dedica la
parte cuarta del libro a la preparación de esqueletos. La parte referida
a la captura y preservación de los insectos, como se ha comentado, está
escrita por W. J. Holland. La sexta y última parte está consagrada a
información general, con capítulos dedicados a los insectos que pueden
atacar a las colecciones y a los productos preservativos que los combaten, y a una breve
relación bibliográfica con información práctica. Una curiosidad:
Hornaday nos da a conocer el método preventivo descrito por Walter Hough y usado en el
National Museum para la conservación las colecciones etnológicas, que consiste en
fumigarlas con una mezcla compuesta por 1 pinta de solución saturada de
arsénico y alcohol, 25 drops (gotas) de ácido carbólico, 20 grains (granos) de
estricnina, 1 cuarto de alcohol, y una pinta de nafta, cruda o refinada.
Entre las fórmulas de preservativos que Hornaday usa y describe,
encontramos el jabón arsenical de Bécoeur: 2 libras de jabón blanco, 2 libras de
arsénico en polvo, 5 onzas de alcanfor, 6 onzas de carbonato de potasa y
8 onzas de alcohol; la solución Wickersheimer para la conservación de
"objetos carnosos enteros" (500 grains de alumbre, 125 grains de sal, 60
grains de salitre, 300 grains de potasa y 100 grains de arsénico
blanco); el agua arsenical (4 cuartos de agua y 4 onzas de arsénico); y
otros barnices y composiciones, como el barníz esmalte de Hendley, la
mezcla para fabricar lenguas artificiales, el método para fabricar nieve
artificial, etc.
Nota.-
(1) Equivalencias al sistema métrico: 1 galón americano = 3,78 litros; 1 pinta americana = 473,18 mililitros; 1 drop (gota) = 0,05 mililitros; 1 libra = 453,59 gramos; 1 onza = 28,45 gramos; 1 grain (grano) = 0,06 gramos.
(2) Fotografía propiedad del Smithsonian National Museum.
(3) Sublimado corrosivo es el nombre popular del cloruro o bicloruro de mercurio, un compuesto muy venenoso.
Nota.-
(1) Equivalencias al sistema métrico: 1 galón americano = 3,78 litros; 1 pinta americana = 473,18 mililitros; 1 drop (gota) = 0,05 mililitros; 1 libra = 453,59 gramos; 1 onza = 28,45 gramos; 1 grain (grano) = 0,06 gramos.
(2) Fotografía propiedad del Smithsonian National Museum.
(3) Sublimado corrosivo es el nombre popular del cloruro o bicloruro de mercurio, un compuesto muy venenoso.
© All rights reserved. ® Reservados todos los derechos.
Taxidermidades, 2014.
Bibliografía:
William Temple Hornaday Taxidermy and Zoological Collecting , Charles Scribner’s Sons, Nueva York, 1891.
William Temple Hornaday Taxidermy and Zoological Collecting , Charles Scribner’s Sons, Nueva York, 1894. (libro electrónico)
William Temple Hornaday Taxidermy and Zoological Collecting , Charles Scribner’s Sons, Nueva York, 1894. (libro electrónico)
Juan Mieg Instrucción sobre el arte de conservar los objetos de Historia Natural , Imprenta Villalpando, Madrid, 1817.
Recursos:
Artículo William T. Hornaday, taxidermista y conservacionista del bisonte americano en Taxidermidades.
Artículo El lustro de los grandes tratados de Taxidermia publicados (1891-1896) en Taxidermidades.
Recursos:
Artículo William T. Hornaday, taxidermista y conservacionista del bisonte americano en Taxidermidades.
Artículo El lustro de los grandes tratados de Taxidermia publicados (1891-1896) en Taxidermidades.
Artículo Los grupos de Hornaday. El tránsito hacia una taxidermia científica en los Estados Unidos en Taxidermidades.
Artículo El Grupo de Bisontes de Hornaday en Taxidermidades.
Artículo "A New Art", artículo de 1896 de James Carter Beard en "Scribners's Magazine" en Taxidermidades.
Artículo El Grupo de Bisontes de Hornaday en Taxidermidades.
Artículo "A New Art", artículo de 1896 de James Carter Beard en "Scribners's Magazine" en Taxidermidades.