Reconstitution du Dodo (1903) de Henry Coëylas. |
El óleo Reconstitution du Dodo ou Dronte de l'Ile Maurice à l'Atelier de Taxidermie du Muséum, pintado hacia 1903 por Henry Coëylas, es una de las pinturas más populares de temática taxidermista, y también uno de los más reproducidos. La pintura refleja una escena que tuvo lugar en 1901 en la que aparecen los taxidermistas Jules Terrier, entonces jefe del Laboratorio de Taxidermia del Museo Nacional de Historia Natural de París, sentado junto a la escultura en yeso de un dodo, y de pie el profesor Émile Oustalet, naturalista del Museo. En el cuadro aparecen seis personajes más que no me atrevo a identificar. Por entonces, alrededor de 1900, trabajaban en el taller de Taxidermia del Museo de París, además de Terrier, A. Quentin, Liénard, Richard y Vallée, y posiblemente un joven Albert Boudarel, que sería discípulo de Terrier y que años más tarde escribiría un manual de Taxidermia donde expodría las técnicas de modelado en yeso de su maestro, que fue quien introdujo definitivamente las técnicas dermoplásticas en el Museo francés.
Dodo (1651) de Jan Savery. |
El cuadro es propiedad del Fons National d'Art Contemporain, y se expone en el Gabinete de Historia del Jardín de Plantas, en la planta baja del Hôtel de Magny, adscrito al Museo Nacional de Historia Natural, en el número 57 de la rue Cuvier de París, entre la Menagérie y la Grande Galerie de l'Évolution. La cartela que acompaña al cuadro reza que la imagen corresponde a la "sala de curtido" y que los tres personajes principales son "el profesor Oustalet (de pie con ropa oscura) y dos de sus asistentes, Terrier y Boudarel".
Como sucede en estos casos, se trata de una escena costumbrista que nos traslada a un lugar cotidiano, el taller de Taxidermia de un museo, donde los personajes realizan su labor ignorando al retratista. Por esa razón suele interesarnos escudriñar el local, su disposición, la luz, las herramientas, los sujetos que están preparando, la parte del proceso en que se encuentran, las técnicas empleadas..., y en este sentido el óleo de Henry Coëylas nos aporta gran cantidad de información. Así pues, comprobamos que nos encontramos en una estancia razonablemente amplia, donde un tabique separa dos espacios iluminados por sendas ventanas. Es invierno y hace frío, una estufa de leña calienta el local. El fondo del taller está dedicado al montaje de mamíferos. La técnica empleada es la dermoplastia, que unas décadas antes había popularizado Philipp Leopold Martin en Alemania. Terrier la practica desde hace al menos diez años. Las esculturas en yeso de un par de alcéfalos que están al punto de recibir su piel iluminan el centro del cuadro. Un joven aprendiz arrodillado, casi un niño, parece preparar en un cubo el engrudo que servirá para fijar la piel al maniquí, o quizá repase con yeso la escultura, mientras el trabajador más alejado de nosotros, otro aprendiz, descuelga una de las pieles ya curtidas de la barra del techo. Entre esas pieles parece distinguirse la de un tigre. Detrás de la escena principal otro taxidermista monta un antílope negro. Sobre él pende un polipasto, usado para el desollado de mamíferos de gran tamaño. A la izquierda del cuadro, casi en un primer plano, un oso polar parece estar casi terminado. En el extremo derecho el disecador especializado en aves trabaja relajadamente ordenando las plumas de una cacatúa moluqueña fijada a un tronco sujeto mediante un tornillo a su mesa de trabajo. El empleado, sentado en un taburete y con una pierna descansando sobre una caja de madera, viste una bata como todos los empleados excepto el visitante naturalista, que va trajeado. Detrás de él cuelgan sierras y serruchos, también un rollo de alambre y sargentos de apriete, formones y gubias, y un agujereador fijado a la mesa sobre la que se ven algunos recipientes. Jules Terrier, paleta en mano, pinta al óleo la escultura del dodo bajo la supervisión del naturalista Oustalet, que sujeta un cuaderno de notas o una revista. El tercer personaje del grupo, con barba blanca, que lleva un delantal de piel, momentáneamente ha abandonado su tarea en el caballete de descarnado donde vemos la piel, parece que ya curtida, de un ungulado, y al lado un cubo con varios cuchillos. Ese empleado de mayor edad, barbudo y con calot, a pesar de lo que se afirma en la cartela explicativa del cuadro, creo que no se trataría de Boudarel puesto que este debería ser más joven que su maestro Terrier. Además, y aunque de momento no lo tengo identificado, ese viejo barbudo con gorra aparece además en otras ilustraciones de la época, incluso anteriores, siempre adobando pieles. Detrás suyo y del oso hay un armario y más allá, próximo a una de las puertas del fondo, un último sujeto pasa casi inadvertido.
Posiblemente el cuadro se pudiera admirar por vez primera en el Salon de Paris de 1903. La revista femenina francesa La Famille del 3 de septiembre de 1903 daba cuenta de la muestra y publicaba una xilografía del cuadro con el siguiente texto explicativo:
"EN EL MUSEO: LABORATORIO DE TAXIDERMIA.
La taxidermia es un arte importante, puesto que ofrece a los zoólogos, quienes no los han visto vivos, la facilidad de estudiarlos bien si han sido bien preparados [sic]. El señor Coeylas nos permite asistir, en el laboratorio del Museo, a la reconstitución del Dronte, animal desaparecido hace tiempo, y del que se han encontrado restos en las islas Mauricio, de la Reunión y Rodriguez. Nuestros sabios, con esos restos, y con el arte de interpretarlos bien, han conseguido ofrecernos un espécimen perfecto de esta ave que sería la sorpresa del mismo gran Buffon. Cuadro de interés documental, y pintado con gran conciencia y talento."
Recontitution du dodo fue un cuadro bastante reproducido. También se reprodujo al año siguiente, en 1904, como litografía en una revista ilustrada alemana. En 1964 se insertó como lámina en color en la traducción española del libro La ciencia de la vida: historia gráfica de la biología del divulgador británico Gordon Rattray Taylor. Parte del éxito del lienzo, bastante bien acogido por la crítica de la época como hemos comprobado, se debe sobre todo a su temática, la recreación del dodo o dronte (Raphus cucullatus), un ave no voladora endémica de islas Mauricio exterminada a finales del siglo XVII, la más conocida de entre las aves extinguidas, una de las que más literatura ha generado. En la actualidad se podrían contar por decenas las esculturas que la reproducen, y las reconstituciones a partir de partes o plumas, y también montajes osteológicos a partir de huesos de otras aves, que se pueden encontrar en museos del mundo.
No disponemos de muchos datos biográficos del pintor Henry Coëylas. sabemos que nació en Joinville-le-Pont, pocos kilómetros al sureste de Paris, en 1845. Pintor de género, estudió en la afamada Académie Julian y en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París. Fue alumno de Jules Leferve, de Isidore Pils, de Gustave Boulanger y de Gabriel Ferrier. Hay constancia de que en 1883 expuso en Versalles en una muestra organizada por los Amigos de las Artes del Sena y de Oise, y de que en 1885 vivía en el número 5 de la rue de Jour de París. Coëylas falleció en Draveilles en 1923. Frecuente e indistintamente encontraremos escrito su nombre de pila con i latina y la e de su apellido sin diéresis.
Por hacer una breve reseña del naturalista Jean Frédéric Émile Oustalet (Montbéliard, 1844- Saint-Cast-le-Guildo, 1905), contaremos que en el año 1873 empezó a trabajar como ayudante naturalista en el Museo Nacional de Historia Natural de París, sucediendo en el cargo a Jules Verreux, un viejo conocido para los aficionados a la historia de la Taxidermia. Al año siguiente se doctoró con una tesis sobre insectos fósiles del terciario. Publicó media docena de libros, un par de ellos en colaboración, en su mayoría con descripciones de nuevas especies de aves y mamíferos que procedían de distintas expediciones a islas del Pacífico, el Índico, Africa y a Oriente. Presidió la Sociedad Zoológica de Francia en 1893. En 1900 Oustalet ocupó la cátedra de Mastozoología que quedó vacante por el fallecimiento de Alphonse Milne-Edwards. Ese mismo año presidiría el tercer Congreso Internacional de Ornitología que se celebró en París. Algunas especies de animales como el camaleón gigante (Furcifer oustaleti), el colibrí de Oustalet (Cinnyris oustaleti) o la remolinera chica (Cinclodes oustaleti) llevan su nombre en su honor.
Por hacer una breve reseña del naturalista Jean Frédéric Émile Oustalet (Montbéliard, 1844- Saint-Cast-le-Guildo, 1905), contaremos que en el año 1873 empezó a trabajar como ayudante naturalista en el Museo Nacional de Historia Natural de París, sucediendo en el cargo a Jules Verreux, un viejo conocido para los aficionados a la historia de la Taxidermia. Al año siguiente se doctoró con una tesis sobre insectos fósiles del terciario. Publicó media docena de libros, un par de ellos en colaboración, en su mayoría con descripciones de nuevas especies de aves y mamíferos que procedían de distintas expediciones a islas del Pacífico, el Índico, Africa y a Oriente. Presidió la Sociedad Zoológica de Francia en 1893. En 1900 Oustalet ocupó la cátedra de Mastozoología que quedó vacante por el fallecimiento de Alphonse Milne-Edwards. Ese mismo año presidiría el tercer Congreso Internacional de Ornitología que se celebró en París. Algunas especies de animales como el camaleón gigante (Furcifer oustaleti), el colibrí de Oustalet (Cinnyris oustaleti) o la remolinera chica (Cinclodes oustaleti) llevan su nombre en su honor.
Créditos:
(1) Fotografía de Jebulon/Wikimedia Commons.
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Taxidermidades, 2015.
Recursos:
Artículo El Museo Nacional de Historia Natural de París en Taxidermidades.
Artículo Jules Terrier, introductor de la técnica dermoplástica en el Museo de París en Taxidermidades.
Recursos:
Artículo El Museo Nacional de Historia Natural de París en Taxidermidades.
Artículo Jules Terrier, introductor de la técnica dermoplástica en el Museo de París en Taxidermidades.