En 1788 se publicó en Leipzig, Alemania, el volumen Gründliche Anweisung Vögel auszustopfen und besonders gut zu conserviren, cuyo título aproximado en español sería Instrucciones detalladas acerca del disecado y conservación de las aves. El libro, de autor anónimo, tiene un formato de octavo menor, alcanza en total las ciento doce páginas y no contiene ningún grabado.
Portada del libro. |
Tras los preliminares y la recurrente relación de herramientas y materiales que se precisan (una afilada navaja, bastones con la punta redondeada para atacar el relleno, alambres de varias medidas, cuentas o botones de vidrio de color negro para los ojos, hilo de bramante encerado, lacre o cera de color negro, un tarro de vidrio para guardar la mezcla del conservante en polvo, agujas de coser de varios tamaños), el autor aconseja sobre cómo preparar las aves para transportarlas desde destinos lejanos, eviscerándolas, aplicándoles sal y pimienta, secándolas y humedeciéndo la piel a su llegada. El desollado del ave es tal y como se continúa practicando en la actualidad. Lo describe remarcando algunas particularidades como tener cuidado de no cortar el peritoneo, o cómo proceder con ciertas aves de cabeza grande -pone de ejemplos el pájaro carpintero y el picogordo-. Tras vaciar y descarnar el cráneo, el autor subraya la necesidad de raspar la grasa adherida a la piel, lo que contribuirá a evitar que acudan los insectos destructores. En este punto comenta la alternativa para aquellos pájaros que han de ser conservados en piel o bien ser enviados, consistente en rellenarlos ligeramente de algodón y secarlos al horno. Más tarde se podrán humectar para proseguir con el proceso de montaje.
El autor aconseja no demorar en exceso el rellenado del pájaro una vez desollado este. El material empleado para henchir, guardando las proporciones del sujeto y sin excederse en la cantidad, es el algodón. No propone la fabricación de un cuerpo ficticio, sino la introducción de algodón después de alambrar el cuerpo y las patas. Acto seguido cose la piel, cierra el pico pasando un hilo a través de las ventanas de la nariz y atándolo bajo la mandíbula, coloca las alas en su lugar fijándolas con alfileres, dobla las patas para que adopte una postura natural, lo fija a su peana y le coloca los ojos. Sobre el conservante empleado afirma que hay muchos y distintos, que cada disecador emplea aquel con el que mejor resultado obtiene, que él los ha probado todos y que sólo recomendará aquellos que cree realmente eficaces. Enuncia que comenzará "con los más sencillos para posteriormente hablar de las mezclas".
El autor sugiere manojos secos de manzanilla romana (1) colgados en los armarios de los gabinetes para alejar a los insectos. Atestigua que hizo la prueba de rodear con flores de manzanilla uno de los sujetos de su colección, que fue el único ejemplar no atacado por insectos, que desde entonces cada primavera aprovecha para recojer manzanilla, y que incluso la aplica de forma líquida a partir de infusiones. Otra planta recomendada es el ajenjo (2), una "hierba amarga" que aplica pulverizando con un fuelle las colecciones en los meses de junio y octubre, y que afirma que es tan efectiva como la manzanilla. O el "Spicköl", una variedad del aceite de lavanda que puede ser aplicado directamente a las pieles de los ejemplares, o bien mezclado con incienso en polvo y quemado a modo de fumigación. Otro posibilidad es el empleo de pimienta común pulverizada muy fina y mezclada con alcohol alcanforado, aplicándola con cuidado a cepillo directamente sobre el plumaje. O bien el "Juchten" o perfume de cuero de Rusia, el pimentón o "pimienta española" (3), el almaro (4) "el volátil" alcanfor (5), el tabaco (6) picado mezclado con el material de relleno o bien como rapé (7) espolvoreado, "la poco volátil" asafétida (8) pulverizada, el ajo, la piel de la cebolla, la fumigación con licor de jabón de aceite, la sal común (9), el salitre (10), el alumbre (11) pulverizado, la cal viva (12) siempre empleada en el interior de la piel y nunca fumigada puesto que dañaría las plumas; sustancias todas las anteriores que ahuyentan los insectos destructores de las colecciones. Las fumigaciones de vapor de azufre, el extracto de nueces o la cebolla albarrana (13) macerada ocho días en vinagre, seca y rociada pulverizada, actúan en el mismo sentido. También el rociado de las aves con la infusión de la raíz del lirio azul (14) o bien este macerado en vinagre. O lo mismo con raíces de pimpinela (15), o rociándolos con menta acuática (16) o valeriana (17) pulverizadas. Bien untando el interior de la piel del espécimen con áloe (18), aplicando esencia de trementina (19) bajo las alas, o empleando el repelente aceite de pescado, o la baya de enebro (20) pulverizada, o el clavo (21), o el mercurio aplicado al interior de la piel en forma de polvo mezclado o bien como ungüento mezclado con trementina y grasa de cerdo. O finalmente el peligroso arsénico, que empleaba con éxito un monje franciscano amigo del autor del libro aplicándolo pulverizado al interior de las pieles, pero cuya manipulación menos nociva y por lo tanto la recomendada por el responsable de este volumen consiste en aplicarlo a pincel diluido en agua.
Algunos de los compuestos preservativos. |
El autor prosigue con las combinaciones de conservantes secos o en polvo, que deberán esparcirse igualmente sobre la parte interna de la piel del ave. La mezcla de 2 lots de tabaco picado, 2 lots de ajenjo en polvo, 2 lots de manzanilla, unas gotas de aceite de lavanda y 1 lot de mejorana (32) en polvo. O bien el compuesto formulado con 4 lots de cal, 1 lot de pimienta, 1 lot de alcanfor y 2 lots de alumbre pulverizado. O el formado a partir de 2 lots de flores de lavanda, 2 lots de almaro, 2 lots de fucsia, 2 lots de cardón resinoso y 4 lots de sal común. O la mezcla de 1 lot de asafétida, 4 lots de rapé "holandés" y 1 lot de salitre. O bien 10 granos (33) de almizcle (34), 4 lots de aceite de laurel (35) y 2 lots de jenjibre (36). O 1 lot de sublimado de mercurio "mezclado con azúcar hasta que se convierta en un polvo negruzco", al que se añadirán 2 lots de polvo de raíz de valeriana, 3 lots de flor de azufre (37), 2 quentchen de vitriolo blanco (38) y 20 gotas de esencia de trementina. O la formada por 1/8 de libra de ajenjo combinada con 2 lots de azufre. O, finalmente, la mezcla compuesta por 2 lots de enebro, 2 lots de lavanda, 2 lots de comino (39), 3 lots de tabaco "de fumador" y 2 quentchen de alcanfor.
El autor sugiere la supervisión como el mejor método para mantener una colección de aves, su limpieza con un plumero y el empleo de algunos de los productos repelentes de insectos comentados anteriormente, o bien, en el caso de detectar algun ave infectada, su introducción en un horno moderadamente caliente para eliminar las larvas o los huevos de las polillas. Sobre el almacenamiento de los sujetos en vitrinas, recomienda esconder algunos trozos de alcanfor bajo el musgo o la vegetación de ambientación seca y sellar además las cantoneras de los cuadros o las urnas con papel dorado o pintado. El autor asegura además que los insectos y las polillas no se alojarán en las aves y que una colección así dispuesta "se mantendrá durante más de cien años". Prosigue sobre otras maneras de disponer las aves, como en peanas de troncos con la base ambientada o bien en ramas colgadas de la pared, o en posiciones variadas como por ejemplo pendida de un hilo del techo con las alas abiertas, o colocando una serpiente bajo las garras de una rapaz, destacando las crestas, o levantando o extendiendo la cola de ciertas aves como la de la urraca o la del pavo real. Añade que la habitación que acoja la colección deberá estar orientada "a medianoche" -entendemos que al norte- o "hacia la mañana" -al este-, que se habrá de limpiar con frecuencia, y que preferiblemente sus paredes estarán mejor enyesadas que pintadas o tapizadas. Recomienda que la habitación se perfume con hierbas secas como el ajenjo. En este punto el autor se refiere, siempre aludiendo a experiencias de algunos taxidermistas conocidos suyos, a otros materiales con los que rellenar el ave como el heno, ahora sí, confeccionando un cuerpo ficticio. O bien fabricando ese cuerpo artificial totalmente de madera, o con una tabla de madera con forma de óvalo y los alambres del cuello y de las extremidades fijados a ese perfil, rellenando el resto de la cavidad.
"Esto es todo lo necesario que se ha de saber sobre este arte y que, ensayado de acuerdo con nuestras instrucciones, y tras algunas pruebas, se adquirirá la suficiente habilidad y se alcanzará la perfección como se consigue en cualquiera otra disciplina", escribe el autor, que finaliza el tratado aleccionando brevemente sobre la preparación de mamíferos, peces y anfibios. En cuanto a los cuadrúpedos de mayor tamaño propone rellenarlos de heno o madera después de que un peletero haya curtido la piel, mientras que con los pequeños se procederá como con las aves. Los peces se conservarán sumergidos en frascos de alcohol si son reducidos. En el caso de los de mayor tamaño se dividirán longitudinalmente por la mitad, se prepararán y secarán dotando a la piel de cierto volumen, y se pegarán en el fondo de un cuadro-vitrina, o bien se rellenarán totalmente y se colgarán del techo. En el caso de anfibios y lagartos, las instrucciones consisten en proceder como con las aves, a partir de una pequeña incisión en el vientre, hinchiéndolos de algodón. Las serpientes se desollarán extrayendo el cuerpo por la cabeza, introduciendo un alambre, rellenándolas de arena y dotándolas "de su redondez natural". El libro finaliza con diez páginas de índice de las "cosas más nobles de este pequeño trabajo", es decir, una relación alfabética de los términos más destacados relacionados con su materia.
Al lector interesado en la historia de la Taxidermia le llamará la atención que el autor se refiera al uso del arsénico en polvo o bien, como mal menor, diluido en agua, cuando en realidad el jabón arsenical creado por Jean-Baptiste Bécoeur se empleaba en Francia desde hacía ya medio siglo y su uso estaba bastante difundido a finales del XVIII. En descargo del autor, que se desvive sugiriendo al lector una extensa relación de sustancias preservativas, hemos de apuntar que ninguno de los libros y cartas de autores anteriores citados en el prefacio mencionaba el popular jabón. La confección de un cuerpo ficticio -en este caso fabricado con heno- es, en cambio, bastante innovador, puesto que su utilización no se generalizaría hasta unos veinte años después. En cuanto al empleo de ese mismo cuerpo artificial fabricado en madera, aunque se trató también de una propuesta novedosa, terminaría rechazándose por inpracticable.
Gründliche Anweisung Vögel auszustopfen no fue un libro muy influyente. Georg Bekker Pistorius lo citó en su Anleitung zum Ausstopfen und Ausbewahren der Vögel und Säugerthiere (1799), aludiendo a que con su obra pretendía precisamente suplir las carencias de aquel, dedicado, como acabamos de comprobar, casi exclusivamente a las aves.
Notas.-
(1) Chamaemelum nobile.
(2) Artemisia absinthium.
(3) Capsicum spp.
(4) Teocrium marum verum.
(5) Que se obtiene del árbol alcanforero (Cinnamomum camphora).
(6) Nicotiana tabacum.
(7) Tabaco en polvo para inhalar.
(8) Ferula asafoetida.
(9) Cloruro sódico.
(10) Sal de roca o nitrato potásico.
(11) Sulfato de aluminio y potasio.
(12) Óxido de calcio.
(13) Drimia maritima.
(14) Iris latifolia.
(15) Pimpinella spp.
(16) Mentha aquatica.
(17) Valeriana officinalis.
(18) Aloe spp.
(19) Destilado de la resina de algunas coníferas.
(20) Juniperus spp.
(21) Syzygium aromaticum.
(22) El lot o loth, antigua unidad de medida alemana equivalía a entre 14,5 y 18 gramos, dependiendo del territorio. En Sajonia equivalía a 14,606 gramos.
(2) Artemisia absinthium.
(3) Capsicum spp.
(4) Teocrium marum verum.
(5) Que se obtiene del árbol alcanforero (Cinnamomum camphora).
(6) Nicotiana tabacum.
(7) Tabaco en polvo para inhalar.
(8) Ferula asafoetida.
(9) Cloruro sódico.
(10) Sal de roca o nitrato potásico.
(11) Sulfato de aluminio y potasio.
(12) Óxido de calcio.
(13) Drimia maritima.
(14) Iris latifolia.
(15) Pimpinella spp.
(16) Mentha aquatica.
(17) Valeriana officinalis.
(18) Aloe spp.
(19) Destilado de la resina de algunas coníferas.
(20) Juniperus spp.
(21) Syzygium aromaticum.
(22) El lot o loth, antigua unidad de medida alemana equivalía a entre 14,5 y 18 gramos, dependiendo del territorio. En Sajonia equivalía a 14,606 gramos.
(23) 1 quentchen = 1,46 gramos; 10 quentchen = 1 lot.
(24) Euphorbia resinifera.
(25) El maas o mass es una antigua medida de volumen austro-bávara que equivalía a 1,069 lit6os. En la actualidad se emplea para medir cerveza, con una equivalencia de 1 mass = 1 litro. También se emplea como abreviación de Masskrug, un tipo de jarra de cerveza de un litro de capacidad.
(26) Sublimado de mercurio.
(27) Fuchsia integrifolia.
(28) Sustancia resinosa obtenida de la corteza del árbol Commiphora myrrha.
(24) Euphorbia resinifera.
(25) El maas o mass es una antigua medida de volumen austro-bávara que equivalía a 1,069 lit6os. En la actualidad se emplea para medir cerveza, con una equivalencia de 1 mass = 1 litro. También se emplea como abreviación de Masskrug, un tipo de jarra de cerveza de un litro de capacidad.
(26) Sublimado de mercurio.
(27) Fuchsia integrifolia.
(28) Sustancia resinosa obtenida de la corteza del árbol Commiphora myrrha.
(29) Siguiendo en el contexto de las medidas de cerveza, una pinta equivale a medio mass, es decir, medio litro aproximadamente.
(30) Manzanilla española o Anacyclus pyrethrum.
(31) Forma mineral del cloruro de amonio.
(32) Origanum majorana.
(33) Un grano alemán de boticario rondaba los 63 miligramos.
(30) Manzanilla española o Anacyclus pyrethrum.
(31) Forma mineral del cloruro de amonio.
(32) Origanum majorana.
(33) Un grano alemán de boticario rondaba los 63 miligramos.
(34) Sustancia grasa, amarga y de fuerte olor que segregan algunos mamíferos, y que se empleaba en farmacia y actualmente en cosmética.
(35) Laurus nobilis.
(36) Zingiber officinale.
(37) Bauhinia tomentosa.
(38) Sulfato de cinc.
(39) Cuminum cyminum.(35) Laurus nobilis.
(36) Zingiber officinale.
(37) Bauhinia tomentosa.
(38) Sulfato de cinc.
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Taxidermidades, 2016.
Bibliografía:
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moyens de conserver espèces d'Insectes et de Poissons dans les Cabinets
d'Histoire naturelle, sur le bel Azur dont les Champignons se colorent à
l'air; et sur les changements de coleur de divers corps par l'action de
l'air ou de la lumière , en Observations sûr la Physique, sûr l’Histoire Naturelle et sûr les Arts, vol. 3, París, abril de 1774.
David Hultman Instructio Musei Rerum Naturalium , en Amoenitates Academicae; seu dissertationes variae Physicae, Medicae, Botanicae, ..., volumen III, Estocolmo, 1756.
Tesser Samuel Kuckhan Four Letters from Mr. T. S. Kuckhan, to the President and Members of the Royal Society, on the Preservation of dead Birds , en The Philosophical Transactions of the Royal Society of London , Londres, 1770.
John Coakley Lettsom The Naturalist's and Traveller’s Companion, containing Instructions for collecting and preserving objects of Natural History , Printed for the author, Londres, 1772
Lewis Nicola Méthode facile pour conserver les Sujets dans l'esprit de vin , en Observations sur la Physique, sur l’Histoire Naturelle et sur les Arts, vol 2, París, julio de 1773.
René Antoine Ferchault de Réaumur Differents
moyens d'empêcher de se corrompre les oiseaux morts qu'on veut envoyer
dans des pays éloignez et de les y faire arriver bien condittionez.
Quelques-uns des ces mêmes moyens peuvent être aussi employez pour
conserver des quadrupèdes, des reptiles, des poissons et des insectes , Imprimerie Royale, Paris, 1747.
René Antoine Ferchault de Réaumur Divers
Means for preserving from Corruption dead Birds, intented to be sent to
remote Countries, so that they may arrive there in a good Condition.
Some of the same Means muy be employed for preserving Quadrupeds,
Reptiles, Fishes ans Insects , traducción de Philip Henry Zollman, Read March 10-April 27, 1748, publicadas y extraídas del volumen anual de The Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Londres, 1748.
[Étienne-François Turgot] Mémoire
instructif sur la manière de rassembler, de préparer, de conserver et
d’envoyer les diverses curiosités d’histoire naturelle , Jean Marie Bruyset, París y Lyon, 1758.