El Museo de Historia Natural de México.

La renovada Sala de la Clasificación de los Seres Vivos (1)

Los orígenes del Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de la ciudad de México se remontan a los últimos años de dominación española. Fue en 1788 cuando el naturalista español José Longinos Martínez (1756-1802), miembro de la Real Expedición Botánica a la Nueva España llegó al continente americano. En 1790 abandonaría aquella expedición y se instalaría en el número 89 de la calle de Plateros, la actual calle Madero, domicilio donde también ubicó las colecciones de su gabinete particular. Aquel museo, casi contemporáneo del de Charles Wilson Peale en Filadelfia, ambos pioneros en el continente americano, se enriqueció gracias a donaciones de algunos particulares como la del ingeniero de minas Fausto Fermín Delhuyar (1755-1833) o la del sacerdote y naturalista José Antonio Alzate Ramírez (1737-1799). Durante la Guerra de Independencia (1810-1821) se perdió parte de la colección y los objetos que se salvaron peregrinaron por varios edificios hasta que finalmente fueron ubicados en en la biblioteca del Colegio de San Ildefonso de la Universidad, junto a piezas arqueológicas igualmente rescatadas.

Fachada del Museo de Historia Natural ubicado en el Palacio Nacional.

En 1822 se creó formalmente, y en 1825 oficialmente, el Museo Nacional Mexicano, que reunía el Conservatorio de Antigüedades y el Gabinete de Historia Natural. Seis años más tarde el Museo sería anexionado al Colegio de Minería. Las colecciones se irían recuperando y aumentando progresivamente hasta que en 1865 Maximiliano I decretó el cierre de la Universidad. Al año siguiente el emperador creó el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia. Los objetos de Historia Natural se reunieron en un anexo del actual Palacio Nacional, en la calle de la Moneda. Aquel museo permaneció abierto solamente un año, el que tardaron los juaristas en fusilar a Maximiliano. No obstante reabriría y se convertiría en sede de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, hecho que favoreció que los propios miembros de la sociedad lo fueran enriqueciendo.


El Diplodocus carnegii expuesto en el vestíbulo del Museo del Chopo.

En 1909 el Museo Nacional se transformó en el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, y poco más tarde, el 1 de diciembre de 1913, se inauguró en el Palacio de Cristal -que había sido el Pabellón Japonés durante la Exposición del Centenario de la Independencia-, ubicado en el número 10 de la calle del Chopo, el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). En 1929 el Museo se integró en la Universidad Nacional Autónoma de México y diez años después las colecciones empezaron a padecer un periodo de abandono que concluyó con la clausura del Museo a principios de los sesenta. En 1951 el MNHN, que dependía entonces del Instituto de Biología, contaba en su inventario con poco más de 22.000 especímenes, entre ellos cerca de 4.000 aves, alrededor de 800 peces, 700 reptiles y batracios, 2.000 ejemplares paleontológicos, aproximadamente 2.000 minerales, 4.000 moluscos, 3.600 insectos y 300 crustáceos.


Vista aérea de la actual sede en el Bosque de Chapultepec inaugurada en 1964.

En octubre de 1964, coincidiendo con la creación de otros museos nacionales, se reinauguró el Nacional de Historia Natural en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, junto al lago Menor, su actual ubicación. Con aquel motivo, además del traslado de algunas de las piezas de la anterior sede, como la réplica de Diplodocus carnegii, se adquirieron algunas otras como la cría de elefante asiático, los leones o el alce, para los que se crearon dioramas que modernizarían su exhibición museográfica. El moderno edificio, diseñado por Leónides Guadarrama y construído a propósito para ese fin, está formado por cuatro unidades, un vestíbulo abovedado conectado con otros tres módulos más de hormigón, de dos, tres y cuatro bóvedas respectivamente, que suman en total unos 7.500 metros cuadrados de exposición pública. En 1999 la gestión del Museo se municipalizó haciéndose cargo el gobierno del Distrito Federal, y pasándo a denominarse simplemente Museo de Historia Natural, despojándose así de su condicion de museo nacional.


Diorama del alce, uno de los especímenes más populares del Museo.

En la actualidad se pueden seguir admirando los dioramas originales, aunque el Museo se encuentra en fase de renovación. El módulo de dos bóvedas alberga la sección dedicada al Universo, al Cambio climático, y también una sala de exposiciones temporales; el de tres bóvedas contiene espacios dedicados a la Evolución humana y a la Biogeografía; y finalmente el módulo de cuatro bóvedas está consagrado a la Evolución de la vida, la Adaptación al medio, y al Origen y Clasificación de los seres vivos. El Museo se completa con una biblioteca ubicada en el vestíbulo y con áreas verdes donde se realizan actividades educativas y divulgativas. En al actualidad su nombre completo es el de Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de México.


El Diplodocus carnegii en su actual ubicación.

El oso polar del vestíbulo.
Entre las piezas más emblemáticas el propio Museo destaca el oso polar ubicado en el vestíbulo de entrada y la réplica del Diplodocus carnegii -el original se encuentra en el Carnegie Museum de Pittsburgh-, una de las nueve copias en yeso idénticas que el mecenas estadounidense Andrew Carnegie donó a otros tantos museos de todo el mundo, que se exhibió en la nave central del Museo del Chopo entre 1931 y 1963, y que ahora se muestra en la Sala de la Evolución. Otras piezas taxidérmicas destacadas, si atendemos a su tamaño, son las ya mencionadas cría de elefante asiático, el alce o los leones, que comparten diorama con la girafa. Su colección de insectos, con aproximadamente 55.000 ejemplares, es bastante notable. Como la mayoría de museos, el de Historia Natural de México expone solamente una pequeña parte de sus colecciones. Al público se muestran tan sólo cerca de 2.800 especímenes. Entre los servicios añadidos que ofrece el Museo de Historia Natural de México se encuentra el de visitas guiadas y además está adaptado para personas con deficiencias motrices. 


Diorama del jaguar en la Sala de la Biogeografía.


Créditos.-
(1) Todas las imágenes son propiedad del Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de México y se han obtenido de su página web.


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Taxidermidades, 2017.


Recursos:
Página web de Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de México.