"Mounting a Deer Head", artículo de "Popular Science Monthly" de 1933.


En noviembre de 1933 la revista de divulgación estadounidense Popular Science Montly publicaba un artículo cuyo título completo era Leonard F. Merrill, cazador y guía, revela el secreto del Montaje de una cabeza de ciervo para que no se note henchida. El texto completo, que se extendía a lo largo de tres páginas y que se acompañaba con cinco fotografías y un dibujo, es el siguiente:
  "Una cabeza de ciervo BIEN MONTADA es una fuente de continua satisfacción para el cazador que captura el animal, y si prepara la cabeza su gozo se incrementa cien veces.

 

   Incluso el taxidermista profesional no posee una fórmula secreta que le permita tomar una piel mal preparada, quemada o podrida y convertirla en un espécimen perfectamente montado. En el mejor de los casos tendrá un aspecto relleno y sin vida. Es obvio, por tanto, que debe tenerse en cuenta y cuidar la preparación del trofeo recién muerto el animal y sin demora.
   Herramientas. Sólo se precisan dos o tres utensilios para desollar y preparar la cabeza: una cinta métrica, un cuchillo de desuelle con una cuchilla curvada corta, un cuchillo de cartílago o escalpelo, un par de tijeras puntiagudas y abundante sal fina. Para montar la cabeza se añadirá el habitual surtido de útiles de carpintería imprescindibles para confeccionar un panel o escudo y para sujetar la cabeza a dicho escudo. Las herramientas especiales necesarias son: un buen cuchillo de descarnado (1) para afinar la piel; tres agujas de diferentes tamaños para coser los cortes realizados en el desollado, remendar y coser sobre el maniquí; un dedal de acero; y algún pequeño utensilio de tallado de madera que se utilizará para fijar los ojos y dar forma a las fosas nasales.
  Materiales. Se requieren tres piezas de madera: un panel de madera consistente; una pieza de pino de aproximadamente 9 pulgadas cuadradas (2) y 3/4 de pulgada de grueso para el cuello; y una pieza de aproximadamente 1/2 pulgada de grueso, 3 pulgadas de ancho y alrededor de 20 pulgadas de largo para la estaca. Algo de hilo de lino fuerte y bien encerado, yeso de París (3), estopa de Manila de fibra larga (4), arcilla de alfarero, viruta de embalaje, un par de ojos de vidrio, tubos de colores marrón y negro Van Dyke (5), una lámina de plomo para las orejas, y se tendrán a mano clavos, tornillos y tachuelas. Los materiales para tratar y preservar la piel se enumeran al final de este artículo.
  Trabajo de Campo. Para desollar la cabeza, haga una incisión en la parte posterior del cuello en el punto donde este se une a los hombros. Con el filo del cuchillo girado de modo que corte hacia arriba, deslice la punta del cuchillo por el lateral del cuello hasta la parte inferior. Manténgalo bien hacia las espaldas, con el cuchillo justo bajo la piel y sin presionar la carne. Haga lo mismo al otro costado del cuello y una los dos cortes. Ahora, comenzando en el punto inicial, corte la piel directamente desde la parte posterior del cuello hasta un punto a medio camino entre las orejas. Desde esa posición, bifurque hacia derecha e izquierda y corte verticalmente hasta la base de cada asta, formando una hendidura en forma de Y.
   Comience en la base del cuello y desuelle hacia abajo, primero un lado y luego el otro, hasta alcanzar las orejas. Para conseguir ese desollado, sostenga el borde de la piel en una mano y dé cortes breves incluso sosteniendo el cuchillo como si fuera un lápiz. Cuando se alcancen las orejas, se cortará el cartílago cerca del cráneo y se procederá en la medida de lo posible en las mejillas y la garganta, dejando de momento el cartílago en la oreja.
  Comience ahora en el vértice del corte en forma de Y y desuelle hacia adelante sobre la cabeza entre las cornamentas. Tenga mucho cuidado al desollar alrededor de la base de los cuernos. Justo en la parte anterior del ojo hay una depresión bastante profunda sin carne entre piel y hueso; extreme aquí su atención puesto que la piel debe ser estraída sin cortarla. Manténgase cerca de la órbita ósea e inserte un dedo en el ojo desde el exterior y corte la delgada membrana que rodea el globo ocular.
  Corte las fosas nasales lo más distante del extremo de la nariz para que el tajo no se muestre una vez la cabeza esté terminada. El cartílago que divide las fosas nasales debe ser cortado a lo largo del borde y hasta el extremo de la nariz, para pueda extraerse la carne.
  Corte los labios de la mandíbula cerca del hueso. Estos se cortarán y abrirán por el interior y se descarnarán más adelante. La piel de los labios y la nariz se recortará más tarde para evitar su contracción, pero ahora el siguiente paso consistirá en eliminar el cartílago de las orejas.
  Comience en la base de la oreja, por su parte posterior, y con los dedos y el bisturí se cortará, empujará y separará la piel y el cartílago hasta que alcanzar los bordes exteriores y superiores. Vuelva con delicadeza la oreja de adentro hacia fuera hasta que toda la piel está en la parte posterior de la oreja. Comience en la punta de la oreja y proceda [separando la piel del cartílago] hacia atrás, teniendo mucho cuidado de no rasgar la piel, hasta que el cartílago quede completamente libre de esta. Haga lo mismo en ambas orejas y guarde el cartílago de al menos una, puesto que se empleará para la confección de otros postizos de plomo para las orejas. El cartílago se podrá conservar sumergiéndolo en una solución saturada de sal que se obtendrá disolviendo la mayor cantidad posible de sal en agua caliente y luego dejándola enfriar.
  Limpie a fondo todos los rincones de la piel. Asegúrese de que no queda rastro de carne o grasa. No la remoje en agua dulce puesto que el pelo probablemente caería y la piel se estropearía. Si hay rastro de sangre en el pelaje, lávelo antes de que le dé tiempo a secarse y a continuación deje el pelo lo más enjugado posible.
  El último paso en la preparación de la piel es conservarla con sal fina. Asegúrese de frotar abundante sal en todas las partes del pellejo (sólo por el lado de la carne), y cuando crea que ha tenido suficiente, ¡añádale tres o cuatro puñados más! Cuélguela para que se seque en un lugar fresco y sombreado, extendiéndola de modo que el aire penetre en todos los rincones, pero no la cuelgue por la nariz.
  Con la cinta métrica, tome medidas del cuello en la base, en el centro, y en donde el cuello se une a la cabeza. Guarde esas notas donde no se pierdan.
  Corte los ligamentos en la base del cráneo a uno y otro lado, y tuerza con fuerza el cráneo para separarlo del cuello. Busque un palo resistente que se ajuste al agujero de la base del cráneo y remuévalo en el fondo del mismo hasta que esté algo raído. El cerebro se puede extraer con este palo para remover lavando el cráneo con frecuencia. Retire toda la carne de las mandíbulas superior e inferior, lengua, ojos, mejillas y similares, y lave y raspe hasta dejarlo lo más limpio posible. Hervirlo contribuirá a este proceso y no dañará el cráneo. En caso de que usted disponga de un cincel, el cerebro se extraerá más cómodamente si se practica un agujero de una 1 pulgada de ancho y 3 pulgadas de largo en la base del cráneo. Este agujero se efectuará longitudinalmente y más tarde recibirá la estaca que sostendrá la cabeza.

 


   Montaje. Primero curta la piel sumergiéndola en un baño de sal y alumbre (6) y dejándola en remojo hasta que se vuelva blanda y flexible. La piel de una cabeza de ciervo, cuando se caza el animal, es demasiado gruesa para ser correctamente  montada, por lo que precisará afinarse. El cuchillo de descarnado y el simple cuchillo son los útiles, pero el duro trabajo de los codos es quien realiza la tarea. Raspe la piel entera y déjela tan delgada como pueda sin llegar a cortar las raíces del pelo. La piel de los párpados, de los labios y de la nariz es especialmente fina.
  Mientras la piel está en su baño, unja completamente el cráneo con jabón arsenical y déjelo secar. Tome las medidas y confeccione el tablero del cuello, con cierta forma ovoide, y con una circunferencia equivalente a la medida de la base del cuello. Emplee el de 3/4 de pulgada para ello y bisele el borde superior e inferior de la pieza en lados opuestos para que se ajuste a la pendiente del cuello.
  Una vez seco el cráneo, practique el agujero para la estaca si no lo ha hecho antes. Coloque el cráneo de frente sobre la mesa e inserte la madera. Mezcle algo de yeso de París y, mientras mantiene la estaca en una posición vertical y la mandíbula inferior en su lugar, rellene la cavidad del cerebro con yeso. La mandíbula inferior se podrá ligar en su lugar antes de verter el yeso, pero asegúrese de retirar el alambre antes de ir más allá con el trabajo. Vierta el yeso en la base del cráneo de modo que cuando se endurezca la estaca de madera y la mandíbula inferior sean ambos accesorios. Déjelo endurecer y marque en la estaca la longitud y ángulo adecuados. Para hacerlo, sostenga el listón de madera contra un objeto perpendicular, tal como un marco de puerta, y después de obtener la longitud y el ángulo correctos, pida a alguien que lo marque para usted. Cortélo por la línea y únalo a la tabla del cuello con tornillos.
  Construya el cuello tomando viruta, colocándola alrededor de la estaca, y envolviéndola con hilo. La tráquea se puede marcar cosiendo a través del cuello de lado a lado, comenzando en la mandíbula inferior y continuando hacia abajo hacia la tabla del cuello. Con la cinta métrica compruebe el tamaño a medida que avanza. Evite que sea demasiado grande, algo que probablemente haga el principiante.
  Cuando el cuello sea del tamaño correcto, mezcle un poco de arcilla de alfarero y estopa, por lo menos la mitad de un cubo, y aplique a la cabeza entera un revestimiento de 1/8 de pulgada de grosor. Déjelo perfectamente liso con la ayuda de las manos. La arcilla debe ser lo suficientemente gruesa para que no se hunda y lo suficientemente delgada como para que se adhiera a la viruta  a modo de pegamento.
  Ponga suficiente arcilla a cada lado del cráneo para formar las mejillas y la adecuada en la nariz como para reemplazar la carne y la piel que fueron retirados. Nunca ponga viruta en la nariz, puesto que por lo general unos meses más tarde se notaría.
  Confeccione a continuación los cartílagos de las orejas. Corte la lámina de plomo con el tamaño y la forma adecuados, más fina hacia los bordes. Aplique una fina capa de arcilla sobre el plomo e insértelo en su lugar apropiado tan pronto como la piel haya sido correctamente tratada. Saque la piel del baño y úntela abundantemente con jabón arsenical, sin olvidar los labios, la nariz y las orejas. Dé tiempo a la piel a que esta absorba el preservativo y coloque las minas de plomo en su lugar. Ajuste el conjunto en el maniquí cuidadosamente. Coloque los párpados y las cejas en su lugar apropiado y clave una o dos tachuelas en la piel de la frente. Cosa la piel firmemente alrededor de cada asta y hacia abajo a cada lado de la Y. Antes de coser la parte larga del cuello, añada suficiente arcilla en la base de cada oreja y en la parte posterior del cráneo para modelar correctamente estas partes.
  Cosa el corte largo y a continuación clave los bordes del cuello a la tabla, recortando cualquier exceso de piel una vez la haya claveteado. Atornille la cabeza a un tablero sólido de modo que quede fija mientras usted hace los retoques finales.


   Acabado. La verdadera belleza de la cabeza está en el acabado. Trate de obtener la expresión apropiada y sin que ninguna parte se vea antinatural. En primer lugar forme las mejillas, agregando más arcilla si es conveniente o quitándola en algún caso. Forme las cejas y los párpados. Una puntilla contribuirá a mantener la piel pegada en la depresión por encima de los ojos. Presione la piel hacia abajo en el hocico y rellene la nariz según se precise. Rellene y cierre los labios en una posición natural. Asegúrese de proporcionarle a las fosas nasales una buena profundidad, tanta como para que no se vea su final. Inserte los ojos de vidrio y colóquelos en su lugar. Tres cuartos de la expresión está en los ojos, así que ponga mucha atención y no lo deje hasta asegurarse de que están totalmente bien.
   Fije las orejas en su lugar hasta que estén secas y lave los rastros de arcilla u otra suciedad. Peine el pelo hasta que se vea natural y a continuación cuelgue la cabeza para que se seque. Si es posible, déjela durante un mes, o en cualquier caso, todo el tiempo que pueda.
  Pinte la punta de la nariz, los bordes de los párpados y los labios, si se han separado durante el secado, con los colores al óleo Van Dyke marrón y negro. Mezcle los colores con trementina (7) para eliminar el brillo antinatural. Aceite ligeramente las cornamentas y fije el sujeto a un escudo llamativo. Dicho escudo no es imprescindible, pero en caso de no utilizarlo el tablero del cuello deberá tener algún tipo de gancho para que la cabeza pueda colgarse en la pared.
  Fórmulas. Baño de sal y alumbre: 1 galón (8) de agua, 3/4 de libra (9) de alumbre, y 1 libra y 3/4 de sal. Calentarlo hasta el punto de ebullición, removiendo de vez en cuando, y guardarlo en un recipiente de madera, barro o vidrio. 
  Jabón arsenical (Hornaday) (10): 1 libra de jabón blanco, 1 libra de arsénico pulverizado, 2 onzas y 1/2 de alcanfor (11), 3 onzas de carbonato potásico  y 4 onzas de alcohol. Corte y derrita el jabón en un poco de agua a fuego lento. A continuación, añada y remueva la potasa y el arsénico. Disuelva el alcanfor en alcohol y agréguelo a la mezcla. Remueva y hierva hasta que alcance la consistencia de una espesa melaza. Viértalo en un frasco de madera o barro para que se atempere. Mientras se enfría, remueva de vez en cuando para evitar que el arsénico se asiente. Para emplearlo, mezcle una pequeña cantidad con suficiente agua como para que tenga la consistencia de un suero y aplíquelo a pincel."

Anuncio de la Northwestern.
Leonard F. Merrill, el responsable del texto, se olvidó de algunos detalles importantes como advertir de lo nocivo (12) que para la salud suponía manipular arsénico sin la debida protección, o bien el necesario claveteado de puntillas para fijar la piel alrededor de la base de cada cuerno para evitar que su contracción no deje el hueso al descubierto. Por lo demás, su explicación muestra el procedimiento de montaje de trofeos de caza más usual que se practicó hasta los años setenta del siglo XX.

En ese mismo número de Popular Science del mes de noviembre de 1833, la conocida The Nortwestern School of Taxidermy insertó un anuncio, al que corresponde la imagen de la derecha, que ocupaba dos tercios de la página setenta y siete. Con sede en Omaha, Nebraska, y fundada a principios del siglo XX por James William Elwood, en toda su existencia la Northwestern enseñó Taxidermia por correspondencia a alrededor de un millón de estadounidenses. El texto de este anuncio nos informaba que por entonces ya contabilizaban unos 200.000. Y con bastante probabilidad Merrill debió ser, por su método, uno de ellos.
 
Leonard F. Merrill, guía de montaña en el estado de Maine, había publicado en febrero de aquel mismo año, también en Popular Science, otro artículo titulado Snowshoe Make Is Easy, sobre cómo fabricar unas raquetas para caminar sobre la nieve.



Notas.-
(1) También se conoce como cuchillo curvado para descarnar pieles o simplemente cuchillo de curtidor. La traducción literal del skin scraper inglés sería cuchillo raspador.
(2) Una pulgada equivale a 2'54 centímetros.
(3) Tipo de yeso de fraguado rápido.
(4) Debe precisarse que la estopa se obtiene del cáñamo de Manila (Musa textilis).
(5) Tonalidades conocidas por el apellido del pintor flamenco, que las empleaba con profusión.
(6) El alumbre de roca es el nombre común del sulfato de aluminio y potasio.
(7) La esencia de trementina se conoce vulgarmente como aguarrás.
(8) Un galón equivale a casi 3'8 litros.
(9) Una libra equivale aproximadamente a 454 gramos, y una onza a poco más de 28.
(10) El autor de este artículo relaciona el jabón arsenical del francés Jean-Baptiste Bécoeur con el taxidermista estadounidense William Temple Hornaday puesto que este lo recomendó en su exitoso libro Taxidermy and Zoological Collecting (1891). El volumen de Hornaday inspiró a su vez el cursillo de aprendidaje de Taxidermia por correspondencia de la Northwestern School of Taxidermy, la popular escuela que durante décadas enseñó a disecar a los estadounidenses.
(11) Sustancia semisólida con propiedades antisépticas que originalmente se obtenía del árbol alcanforero (Cinnamomun camphora).
(12) El tóxico jabón arsenical dejó de usarse de forma generalizada precisamente en los años 30 y 40 del siglo XX en favor del bórax o tetraborato de sodio, un producto que popularizó Leon Luther Pray y que hasta esa fecha apenas empleaba unos pocos disecadores.


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Taxidermidades, 2017.

Bibliografía:
Leonard F. Merrill   Mounting a Deer Head , en Popular Science Montly, vol. 123, nº 5, Nueva York, noviembre de 1933.