A Curtis S. Williams le dio por posar junto a sus trofeos de caza para una postal publicitaria de su propio negocio, el Williams Machine Shop, ubicado entonces en el 3440 de Fort Henry Dr de Kingsport, Tennessee, Estados Unidos. Ahí le vemos sonriente, sentado entre dos osos, con su rifle y los pies sobre una piel de cebra, rodeado de cabezas de mamíferos la mayoría norteamericanos y africanos, de decenas de fotografías suyas pisando la nieve de Alaska o en la sabana de África, solo o acompañado de colegas cazadores posando todos con sus trofeos recién abatidos. Posiblemente esa construcción de madera se trate de la trastienda del propio taller, o de la oficina donde accedían los clientes y escuchaban pacientemente los lances de caza de Curtis: el del elefante, el del búfalo o el del sable, el del lobo, o aquellos otros menos arriesgados del alce o de la morsa. Allí presumía de sus tres osos -en el muro de la derecha se extiende una alfombra de oso negro- y probablemente invitaba a sus boquiabiertos clientes a que se hicieran una foto junto a sus capturas. Algunos libros en la repisa del fondo y algunas revistas en los estantes de la derecha, suponemos que todo ello relacionado con la caza.
La postal no tiene fecha de edición ni está escrita, aunque debe ser de los años setenta del siglo XX. La imagen es de un fotógrafo local, Kip Kennedy. El texto del reverso es el siguiente:
"Parte de la sala de trofeos de Curtis S. Williams. Oso polar cazado en 1967 frente a la costa de Siberia - el octavo mayor récord (28 pulgadas y media) (1). Otros trofeos abatidos en África, Alaska, Canadá, Terranova, Isla de San Lorenzo, Colorado, Wyoming, Dakota del Sur, Montana, Utah, Idaho, Nuevo México, Tejas, Tennessee, Carolina del Norte y Pensilvania."
Supongo que en el listado anterior Williams no debió olvidarse de ningún viaje. Por ello particularmente me llama la atención ese pingüino, creo que se trata de un pingüino de Adelia (Pygoscelis adeliae), especie de la Antártida, ubicación que no aparece en esa lista de destinos. Y además porque es casi la única ave de la sala. Y tengo claro que no se trata de un pingüino africano (Spheniscus demersus). Quizá fuera un regalo de alguien o una adquisión.
Pero, claro está, la pregunta surge: ¿cómo se le ocurrió al bueno de Curtis editar esta postal para publicitar su taller mecánico? Siguiendo el escaso rastro del Williams Machine Shop sabemos que más tarde el negocio se trasladaría a una ciudad vecina distante unos 30 kilómetros, quizá ya cuando Curtis falleció y algún familiar tomó las riendas del negocio. El que fuera taller de mecánica industrial de Curtis S. Williams es ahora una tienda de conveniencia.
Nota.-
(1) 72,39 centímetros. Supongo que se trata del largo más la anchura del cráneo, siguiendo la fórmula de Rowland Ward.
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Taxidermidades, 2017.
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