Este no es más que el relato de una casualidad que comenzó mientras el artista Javier Garcés se encontraba en la exposición de mi taller, dibujando e incluyendo algunas de las piezas de la colección en un trabajo de gran formato que provisionalmente había titulado El sueño del Taxidermista. Garcés alternaba sus visitas con otras al Museo Darder de Banyoles con el mismo propósito. Desconozco qué le impulsó a escoger dicho motivo para su obra. En ella el taxidermista, que ha sido vencido por el sueño en su mesa de trabajo, aparece en blanco y negro, mientras que los animales que lo rodean, piezas reales disecadas algunas hace cien años, están coloreadas, acentuando la sensación de que aprovechan la ocasión para volver a la vida.
Un humano disecado en "El planeta de los simios" (1968).
El coronel George Taylor (Charlton Heston), Landon (Robert Gunner), Dodge (Jerff Burton) y Stewart (Dianne Stanley), son los cuatro tripulantes de una expedición espacial a bordo de la nave Icarus. Se encuentran en estado de hibernación. El viaje, que tiene lugar a una velocidad próxima a la de la luz, llega a su fin cuando la nave realiza un aterrizaje forzoso en un lago en el que fallece la piloto Stewart. Los supervivientes se encuentran en un planeta desconocido. Partieron de la Tierra dieciocho meses antes, en el año 1972. Antes de abandonar la nave, que se está hundiendo, el comandante calcula en su computadora que se hallan a unos 320 años luz de la Tierra, que posiblemente se encuentren en un astro que órbita alrededor de una estrella de la constelación de Orión, y que realmente, de acuerdo con la teoría de la relatividad, han transcurrido 2.006 años. Los astronautas se encuentran pues en un planeta desconocido en el año 3.978.
El ornitólogo y taxidermista John Gould.
John Gould hacia 1860. |
El Museo de Ciencias Naturales de Madrid a principios del siglo XX. Imágenes inéditas.
Las fotografías recuperadas. |
"Stuffed!", historieta de Glenn Eichler y Nick Bertozzi.
Tim Johnston, empleado de una empresa de prestaciones médicas, de mediana edad, casado con Melanie y padre de Sarah, vecino de Nueva Jersey, recibe en la oficina una inesperada llamada del Hospital. Su padre está internado y su estado es grave. Él ni sospechaba que estuviera enfermo. Mientras Tim lo visita su padre fallece. Tim intenta contactar con su hermano Oliver, a quien no ve desde hace años, para comunicárselo; pero este se encuentra en una comuna hippie en Costa Rica y es imposible avisarle para que asista al funeral. El testamento del fallecido divide por la mitad sus pertenencias entre los hermanos. Tim explica que Oliver es "un espíritu libre" y que llevará tiempo localizarlo, a lo que el abogado del finado le responde que no puede proceder hasta que Oliver esté presente, que no hay prisa, y que no se preocupe, que lo único de cierto valor es "el museo".