El Museo Nacional de Historia Natural de Washington.


Fachada del Museo (1).


El Museo Nacional de los Estados Unidos de Washington se fundó en 1846 como parte de la Institución Smithsoniana. Su primera sala de exposiciones abrió al público en 1858. Se ubicó en la propia sede del Instituto, en el conocido como el Castillo, un edificio de arenisca roja de falso estilo normando que en la actualidad alberga las oficinas administrativas, y que está ubicado cerca del National Mall, justo detrás del Museo de Arte Africano. El primer conservador fue el ornitólogo Spencer Fullerton Baird y la primera colección contenía objetos y especímenes de la Expedición de Exploración de los Estados Unidos (1838-1842). El incremento de las colecciones obligó a levantar un nuevo edificio que se bautizaría como Museo Nacional, y que es el que ahora se conoce como Edificio de Artes e Industrias. Con una superficie de 9.100 metros cuadrados, se construyó en tan sólo 15 meses, y fue inaugurado en marzo de 1881.

El Castillo, primera sede del Museo (2).
Edificio de Artes e Industrias, segunda sede del Museo (3).

 
Las colecciones de Historia Natural y las de objetos históricos y etnográficos de los Estados Unidos y Arte, que compartían espacio, pronto requirieron mayor superficie. El Congreso de los Estados Unidos autorizó en 1902 la construcción de un nuevo edificio, el actual del margen norte del National Mall. El Edificio de Historia Natural, como se le denominaba genéricamente desde el principio, una construcción de estilo neoclásico, abrió al público en 1910. La sala principal era y sigue siendo la de entrada, una gran rotonda octogonal rodeada de columnas dóricas en el primer piso y columnas jónicas en el segundo y tercer piso. La colección sumaba por entonces unos 10 millones de objetos.
 

La espectacular Rotonda de entrada con el Elefante Fénykövi (1).

 
En 1964 las colecciones de Historia y Tecnología se trasladaron a su nueva sede. Lo mismo sucedió cuatro años después con las colecciones artísticas. En 1965 se acabaron de construir las alas laterales del Museo de Historia Natural, otra necesaria ampliación que se había aprobado en 1930. Su superficie total alcanzaba ahora los 140.000 metros cuadrados. En 1969 el Museo pasó a denominarse Museo Nacional de Historia Natural y abarcaba además Antropología. En las últimas décadas, el Smithsonian ha vivido episodios convulsos, con continuos cambios de directores, polémicas con acusaciones de intervencionismo y aceptación de algunas donaciones con dudosos propósitos. 

El Museo Nacional de Historia Natural de Washington atesora en el presente unos 127'3 millones de especímenes, entre los que se encuentran unos 30 millones de insectos, 7 millones de peces en frascos, 570.000 reptiles y anfibios, o un herbario con 4'5 millones de plantas. En el edificio trabajan un millar de empleados, de los que 185 son científicos investigadores. Parte de las colecciones no exhibidas se almacenan en el denominado Centro de Apoyo ubicado en Suitland, Maryland, que se inauguró en 1980. El Smithsonian tiene además un centro de investigaciones marinas en Florida y estaciones de campo en Belice, Alaska y Kenia.
 

Sala Behring de Mamíferos (1).

 
La superficie expositiva ocupa unos 30.000 metros cuadrados. A través de la entrada principal del National Mall se accede a la espectacular Rotonda, que se encuentra en el primer piso, y en la que destaca uno de los símbolos del Smithsonian, el elefante africano macho que en 1955 cazó en Angola József J. Fénykövi y que este donó al Museo. El trabajo de montaje, que duró año y medio y que concluyó en 1959, fue dirigido por el taxidermista William L. Brown, y se realizó siguiendo la técnica esculturodérmica que Carl Ethan Akeley ideó y empleó medio siglo antes para sus grupos de elefantes de los museos de Chicago y Nueva York. A la izquierda de la Rotonda se encuentra la renovada en 2003 Sala Behring de Mamíferos donde estos se presentan como obras de arte modernas. En el momento de escribir este texto la Sala de Fósiles, a la derecha de la Rotonda, está cerrada al público debido a su modernización. En la parte posterior de este primer piso encontramos el Salón del Océano, que se renovó en 2008. Contiene 674 especímenes marinos, una representación de los 80 millones que guarda el Museo. Los ejemplares más destacados son las reproducciones de una ballena franca y el esqueleto del prehistórico Basilosaurus, y una pareja de calamares gigantes que se pescaron en la costa atlántica española, un macho adulto de unos 6 metros de longitud y unos 45 kilos, y una hembra joven de unos 11 metros y unos 150 kilos, que se exhiben sumergidos en formalina. A la derecha de este Salón del Océano se halla la Sala de Voces Africanas, y a su izquierda la Sala de los Orígenes Humanos, que además de dedicada a la evolución humana lo está al cambio climático.
 

Salón del Océano (1).

 
El ala derecha del segundo piso está ocupada por una muestra de la colección de Geología que suma en total unas 700.000 muestras de minerales y rocas, entre los que se cuentan unas 15.000 gemas y una excelente colección de 35.000 meteoritos. En la exposición permanente de su Sala se pueden admirar ejemplares como el Diamante Esperanza, la Esmeralda de Gachalá o el Zafiro Estrella de Asia. El ala izquierda de esa planta alberga el Salón de Osteología, donde los esqueletos de vertebrados se agrupan de acuerdo con sus relaciones evolutivas y donde se exponen algunas momias; y un Insectario donde se pueden observar ejemplares vivos, que incluye además un espacio donde el visitante puede adentrarse en un vivero de plantas y mariposas. En el ala norte del piso hay varios espacios para exposiciones temporales y a su izquierda el Salón de Paleobiología donde se exhiben algunos esqueletos fosillizados y otros en yeso, como el de un Tiranosaurio o el de un Triceratops, este último además con una proyección de realidad virtual. Se prevé que a partir de 2019 se exponga el esqueleto fósil de un Tiranosaurus rex originario de Montana y propiedad del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, ejemplar que el Museo acogerá durante cincuenta años.

Troglodytes en el Salón de Aves (1).
Finalmente, la planta baja, con entrada directa por la posterior Constitution Avenue, adaptada para minusválidos, además de restaurante, tienda y otros servicios, dispone de un auditorio y de un área interactiva y educativa denominada Q?rius, destinada a que el visitante haga sus decubrimientos empleando microscopios y pantallas táctiles. En esta planta se encuentra la Sala de las Aves, un espacio que requeriría ser restaurado, y donde en diecisiete vitrinas con fondo blanco se exponen disecadas las aves de la región. Cabe destacar que la entrada al Museo es gratuita y que la cifra de visitantes anuales ronda los siete millones.


La Taxidermia en el Museo Nacional.
 
El primer taxidermista en ser contratado por un gran museo estadounidense de Historia Natural fue el inglés Joseph W. Palmer que ingresó en la plantilla del Smithsonian en 1873. Palmer había recalado con su familia en 1868 en Nueva York, donde trabajó como taxidermista, asistente general del museo y más tarde jefe del zoológico de Central Park. Su hijo William Palmer se incorporó al Museo en 1874, y ambos permanecieron en su puesto hasta su muerte en 1913 y 1921 respectivamente. Henry Marshall, especializado en aves, ingresó en 1875, y su hijo George Marshall en 1881.

   "Hasta el año 1879 no muchos grupos de mamíferos se han preparado en este país habiendo sido considerados aptos de acuerdo con una visión científica de las colecciones. Además, la producción de grupos de mamíferos o aves adecuados para museos científicos ha sido generalmente considerada como una imposibilidad."
                                                                William Temple Hornaday.

Detalle de Life in the Treetops, de Hornaday (5).
Hasta aquella fecha los museos se habían limitado a adquirir los especímenes disecados, principalmente a establecimientos europeos o algún proveedor estadounidense como el Ward's Natural Science Establishment. En septiembre de 1879 el talentoso taxidermista William Temple Hornaday (1854-1937), empleado del Ward's, terminó su A Fight in the Tree Tops, un grupo de dos orangutanes de Borneo representados en plena disputa suspendidos en la copa de un árbol. Aquel grupo fue presentado en una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia para ilustrar una ponencia, y llamó poderosamente la atención de directores y gerentes de museos. Años más tarde Hornaday escribiría "Aunque pueda parecer inmodesto diciéndolo yo, no puedo dejar de creer que el montaje de este grupo marcó el principio de una era en el progreso de la taxidermia museística en los Estados Unidos". Con aquel montaje Hornaday ganó la medalla de plata a la mejor obra en la primera Exposición de la recién creada Asociación de Taxidermistas Americanos celebrada en Rochester en 1881. El Museo de Washington adquiririó en 1883 el grupo ampliado hasta los cinco ejemplares (4) al Ward's. Un año antes el Smithsonian había contratado a Hornaday como Taxidermista Jefe, creando un Departamento de Taxidermia al que pronto se incorporaría procedente del British Museum el británico Jeness Richardson, especialista en aves. Hornaday formaría aquel primer equipo contando además con algunos de sus compañeros del Ward's como Frederic Augustus Lucas (1852-1929), asimismo especializado en aves, que permaneció en el National desde 1882 hasta 1904 (6); o Nelson Rush Wood que permaneció en la plantilla desde 1888 hasta 1920.
 

W. T. Hornaday preparando un maniquí (1).

 
William T. Hornaday abandonaría en 1890 su puesto en el Smithsonian por discrepancias con su director, pero durante su estancia de ocho años creó algunos dioramas de obligada reseña, como su Grupo de Coyotes (1887) o su Grupo de Bisontes (1888) (7). Ambos montajes serían decisivos para que la dirección del Museo Nacional ordenara que se ejecutaran "con la mayor rapidez posible", en palabras de Hornaday, "grupos con los mamíferos americanos más destacados". Los siguientes fueron los de antílopes, perros de la pradera y zarigüeyas. Incluso se señalaba como el principal problema el hecho de que le Departamento de Taxidermia "fuera incapaz de producir grupos de mamíferos al ritmo deseado". La competencia con el Museo Americano de Nueva York influyó sin duda en tal empeño. El American había fundado un departamento análogo en 1886, dirigido precisamente por Richardson, exempleado del National. En 1890, el año de su partida, Hornaday había terminado dos grupos de grandes dimensiones, uno de alces y otro de bueyes almizcleros.

Otros taxidermistas que se formaron en el Ward's de Rochester y que se incorporarían más tarde a la plantilla del Smithsonian fueron Robert H. Rockwell, que más tarde sucedería a Lucas como taxidermista jefe en el Museo de Brooklyn; o H. B. Turner, que fue nombrado taxidermista jefe del Museo Nacional entre 1900 y 1915.
 

Warmbath, Aschemeier, Perrygo y Brown montando un hipopótamo en 1930 (1).

 
Entre los taxidermistas destacados del Museo de Washington debemos acordarnos de Watson M. Perry Perrygo (1906-1984) que llegó al Smithsonian en 1927 y que fue jefe de la sección de Taxidermia desde 1962 hasta 1964, fecha de su jubilación. Además de preparador realizó trabajo de campo recogiendo especímenes. Algunas de sus obras todavía se pueden admirar en la Sala de Mamíferos. Participó junto a Julian S. Warmbath, Charles R. Aschemeier y William L. Brown en el montaje de un hipopótamo (1930), un trabajo del que se mostraba especialmente orgulloso; y también en 1958-59 en el montaje del elefante Fénykövi, integrado en el equipo dirigido por W. L. Brown. También merece reconocimiento Francis Frank M. Greenwell, que se incorporó al equipo de taxidermistas en 1957, una época de especial actividad en la que el Museo Nacional renovó sus exposiciones. Participó igualmente en el montaje del elefante Fénykövi, ejemplar que restauraría en varias ocasiones, y también en numerosas expediciones. En los sesenta su hermana, Sybil Constanzo, trabajó junto a él en el Museo. Greenwell, que también llegó a dirigir la sección de Taxidermia, se jubiló en 1999. 


Notas.-
(1) Imagen propiedad del Museo Nacional de Historia Natural de Washington/Smithsonian Institution.
(2) Fotografía de Wikimedia Commons.
(3) Fotografía de Lorax/Wikimedia Commons.
(4) Dos años antes el American Museum of Natural History de Nueva York había encargado al Ward's otro grupo de cinco orangutanes que también preparó Hornaday.
(5) Imagen del libro de W. T. Hornaday Taxidermy and Zoological Collecting (1891).
(6) A partir de 1904 Lucas fue taxidermista jefe en el Museo de Brooklyn, y que a partir de 1911 dirigiría el American Museum de Nueva York.
(7) Hornaday se convertiría en uno de los mayores defensores de la recuperación del bisonte americano, especie que se encontraba entonces a un paso de la extinción.


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Taxidermidades, 2017.


Recursos:
Página web del Museo Nacional de Historia Natural de Washington.
Visita virtual del Museo Nacional de Historia Natural de Washington.
Artículo William T. Hornaday, taxidermista y conservacionista del bisonte americano en Taxidermidades.