En la revista mensual Le Vie d'Italia, editada por el Touring Club Italiano, apareció publicado en 1949 un artículo de cinco páginas titulado La Tassidermia, arte di preparare gli animali da museo. El texto lo firmaba Paola Manfredi, y las abundantes fotografías eran de agencia, causa por la cual quizá las imágenes en las que aparece trabajando un taxidermista anónimo no están directamente relacionadas con el texto, rico al principio en vaguedades, algo entendible por el público al que iba dirigido, como por ejemplo las siguientes, correspondientes al segundo y tercer párrafo:
"El del embalsamador no es un misterio, es un arte, que incluso tiene un nombre difícil, taxidermia, y que requiere, además de pericia, paciencia a prueba de todo, buen conocimiento anatómico y naturalista, y aguda facultad de observación.
Los grandes Museos, a los que a diario llegan materiales de todo género, tienen (o deberían tener!) cierto número de taxidermistas variadamente especializados. Puesto que es evidente que, para preparar un grupo de girafas en la sabana, o una familia de perdices entre los rastrojos, o una caja de espléndidas mariposas o de mosquitos microscópicos, precisan conocimientos y aptitudes muy diversas, y es difícil que tales conocimientos y aptitudes se reúnan en un único taxidermista."