Grabado de Thomas Hall I (1). |
La saga de los Thomas Hall de Londres.
El taxidermista Severini, personaje de "Los hijos de la fe", novela de Enrique Pérez Escrich.
Enrique Pérez Escrich, uno de los novelistas costumbristas por entregas -escritor de folletines- más exitosos del siglo XIX, publicó en 1866 en dos volúmenes Los hijos de la fe. En el libro 15 de la segunda parte de la obra fallece la mascota de uno de los sujetos menores de la trama, la baronesa Flora del Cuadradillo. A comienzos del capítulo 3, titulado Un perrito chino, un poeta inédico, y un fugado del presidio, nos encontramos con la siguiente escena, en la que se menciona a un personaje real, el disecador Ángel Severini Lago, el taxidermista madrileño más conocido de la época e iniciador de una saga:
"Por el tiempo que nos ocupa, una mañana, a esa hora en que aún no circulan por las calles de Madrid los carruajes de lujo, se detuvo enfrente de la tienda del disecador Severini una elegante berlina, tirada por una hermosa yegua de pura sangre normanda, cuya engallada y esbelta cabeza demostraba la bondad de su raza.Abrióse la portezuela del carruaje, y bajó de él un joven, vestido con uno de esos trajes de mañana, escasos y raquíticos como la miseria, traje que usan los dandys madrileños, ridiculizando la moda.El joven entró precipitadamente en la tienda del disecador de animales, y encarándose con el primero que vio enfrente le dijo:—Caballero, en mi casa ha sucedido una gran desgracia: se ha muerto Hoscar casi repentinamente: mi esposa, la baronesa del Cuadradillo, está desconsolada; yo, desesperado de oír sus lamentos. Es preciso que usted ponga remedio a esta catástrofe.Y el joven, sacando un pañuelo del bolsillo, comenzó a limpiarse el sudor.—¿Pero quién es Hoscar, caballero? preguntó el encargado de la tienda.—¿Quién ha de ser? un perrito chino de quien estaba perdidamente enamorada mi esposa.—¡Ah! ¿y qué es lo que quiere su señora de usted?—Disecarle, tenerle siempre a la vista, colocado sobre una mesa, o en el mármol de una chimenea; en fin, donde se quiera.—Sí, sí, caballero, está entendido: sólo falta el perro para ver en qué estado se halla.—En el peor de todos: cadáver.—Lo supongo, repuso el dependiente; pero no he querido preguntar eso.—Entonces no entiendo a usted.
"Taxidermie" en el "Dictionnaire de la Conversation et de la Lecture" (1839).
En 1839, en pleno auge de la Taxidermia sobre todo en Francia, el Dictionnaire de la Conversation et de la Lecture incluía la siguiente descripción, algo alambicada y aderezada con alguna referencia histórica:
"TAXIDERMIA (de taxis, preparación; derma, piel). La introducción de la clasificación natural en la zoología ha hecho indispensable la formación de vastas colecciones de historia natural, que tienden cada día a completarse; y estas a su vez, han precisado la creación de un nuevo arte, la taxidermia, cuya finalidad es la de preparar las especies animales de manera que conserven todos los caracteres genéricos y específicos, y sustraerlas, a ser posible, de la influencia de los diversos tipos de destrucción. Y, como los caracteres genéricos y específicos de los animales se traducen en modificaciones del aparato pasivo de la locomoción (el esqueleto óseo) y del aparato tegumentario (lo relacionado con la piel), es sobre todo a la preparación y conservación del esqueleto y la piel de los animales a lo que la taxidermia se aplica. En consecuencia, la taxidermia puede dividirse en dos ramas: 1ª el arte de preparar y consrvar el sistema óseo de los animales, manteniendo entre las diferentes partes del sistema las relaciones de posición que tenía el animal vivo; 2ª el arte de preparar y conservar la envoltura tegumentaria, dando a esta envoltura la forma que presentaba con el animal en vida. Es sobre todo a esta segunda rama a la que se reserva la denominación de taxidermia.
"El taxidermista y el juguetero" (1963), historieta de Nin.
Historieta completa de El taxidermista y el juguetero. |
La historieta El taxidermista y el juguetero, una obra con guion y dibujos de Celedonio Frejo, conocido por su seudónimo Nin, que se publicó en abril de 1963 el número 298 de la revista infantil Pumby, es tan básica como breve, tan sólo alcanza las dos páginas y es la siguiente. Jeromín, el hijo de un taxidermista, debe llevar un encargo terminado al domicilio del cliente y por el camino se encuentra con un amigo suyo, juguetero, que le invita a llevarle a su taller un animal disecado para dotarlo de movimiento y que así parezca realmente vivo, algo que conseguirá para sorpresa del protagonista.