Ejemplar de mediados del siglo XIX restaurado. |
No obstante, el preservativo venenoso que se generalizaría con mayor éxito sería el arsénico. En 1743, tras algunos años de ensayos, el taxidermista y farmacéutico de Metz Jean-Baptiste Bécoeur crea el jabón arsenical, mezcla de arsénico, jabón, carbonato de potasa, alcanfor y cal. Bécoeur, fallecería en 1777 sin dar a conocer su fórmula. Lo haría el profesor del Museo de Historia Natural de París Féliz Vicq d'Azyr en 1793 en su Instructions sur la manière d'inventorier et de conserver, a partir de la revelación de un sobrino de Bécoeur que trabajaba en el Museo como ayudante de Louis Dufresne. Bécoeur fue acusado en vida de querer lucrarse con su jabón arsenical e incluso mantuvo una encendida polémica pública durante meses con el médico y naturalista Pierre Jean-Claude Mauduyt de la Varenne, defensor de otro método de conservación de colecciones conocido como fumigaciones sulfurosas. El jabón arsenical, realmente efectivo e igualmente empleado con profusión, se menciona en la mayoría de tratados hasta bien entrado el siglo XX. Resulta anecdótico que el abad Denis Joseph Manesse en su Traité sur la manière d'empailler (1787), el primer manual con formato de libro, tildara de ineficaces tanto el arsénico como el corrosivo sublimado. En el caso del arsénico las advertencias acerca de su insalubridad son igualmente tempranas. Desconociéndose aún la fórmula del jabón arsenical hubo quienes lo advirtieron, como los ya mencionados Forster en 1771 o Mauduyt en 1773. Hubo además varios intentos por ofrecer alternativas que no se adoptaron por ineficaces, como por ejemplo la del químico y farmacéutico Pierre-François Nicolas que en 1800 propone su pomada jabonosa, una reformulación del jabón arsenical aunque sin arsénico. En 1846 en Francia se restringió el uso del arsénico sólo para fines médicos y al año siguiente se aprobó y publicó en el Journal de Pharmacie et de Chimie una fórmula autorizada del jabón arsenical para su empleo en la "conservación de pieles y objetos de Historia Natural", que únicamente aumentaba la proporción de agua destilada. En 1848 la actualización oficial de la fórmula disminuyó la proporción de alcanfor. El empleo del jabón arsenical terminó prohibiéndose en Francia en 1960.
Formulación del jabón arsenical de Bécoeur (10). |
En el caso de los mamíferos de tamaño grande el jabón arsenical no sustituiría a los baños curtientes de sal y alumbre o de taninos vegetales. Para aves y mamíferos pequeños el jabón arsenical tan sólo se iría abandonando con la generalización del empleo del tetraborato de disodio, conocido comercialmente como bórax, producto que según afirma Montagu Browne en Practical Taxidermy (1878) empezó a utilizar mister Robottom, taxidermista de Birmingham. Sería el estadounidense Leon Luther Pray quien lo popularizaría a partir de la década de los años cuarenta del siglo XX.
Los conservantes venenosos están pues presentes en la casi totalidad de colecciones de Historia Natural con ejemplares preparados hasta mediados del siglo XX. Algunos estudios científicos han advertido de ello y han apuntado además los riesgos que comporta la manipulación o restauración de especímenes preparados con arsénico o mercurio, venenos nocivos por inhalación, ingestión o, en menor medida, por contacto con la piel. La exposición durante largo tiempo a pequeñas concentraciones de arsénico pueden causar envenenamiento, úlceras, cáncer o alteraciones cardiovasculares; o de mercurio, envenenamiento, transtornos nerviosos, temblores, pérdida de memoria o depresión. Son varios los personajes de la Historia de la Taxidermia de quienes se especula padecieron arsenicosis, entre ellos Raphaelle Peale, primogénito del naturalista estadounidense Charles Wilson Peale (1774-1825) que trabajó en la preparación de especímenes para el museo de su padre; Hermann Ploucquet (1816-1878), preparador del Real Gabinete de Stuttgart y conocido sobre todo por su Taxidermia antropomórfica; o el profesor estadounidense -de Historia Natural y de Taxidermia- de la Universidad Brown John Whipple Potter Jenks (1819-1894) que colapsó justo en la entrada del museo que fundó. En realidad debieron ser centenares o miles los taxidermistas que vieron mermada su salud por dicha causa.
Ilustración del propio Leon Luther Pray de 1940 (11). |
En 2001 P. Jane Sirois, química perteneciente al Canadian Conservation Institute con sede en Ottawa, publicó en la revista Collection Forum un artículo titulado El análisis de presencia de arsénico y mercurio en los objetos de museo: análisis no destructivo y análisis de muestras, en el que empleando un espectómetro portátil de rayos X, un radioisótopo fuente de rayos X cadmio-109 y un detector de rayor X de silicio derivado de litio, identificó que aproximadamente el 80 por ciento de los 650 especímenes de Historia Natural examinados, pertenecientes a cinco colecciones, contenían arsénico, mercurio o en menor medida, ambos. El 81 por ciento de los ejemplares dieron positivo en arsénico y el 5 por ciento en mercurio. La presencia de arsénico era mayor en las colecciones de aves, alcanzando el 86 por ciento.
En un segundo artículo publicado asimismo en Collection Forum en 2006 titulado Arsénico en las colecciones de Taxidermia: historia, detección y manejo Fernando Marte, Amandine Péquignot y David W. von Endt, tras analizar al azar aves de la colección del Museo Nacional de Historia Natural de París, demostraron la validez de la conocida como prueba de Weber, comparándola con el kit comercializado por Macherey-Nagel y la espectometría de masas de plasma acoplado inductivamente, ICPMS por sus siglas en inglés, como medio sencillo, económico y rápido de detección de arsénico, y concluyeron que las instituciones responsables de colecciones debían adoptar medidas para proteger la salud del personal y actualizar periódicamente los protocolos de salud y seguridad. La sugerencia de los autores pasaba por analizar los especímenes sospechosos de contaminación por arsénico, registrarlos, etiquetarlos, analizarlos periódicamente, almacenarlos separadamente si fuera posible y exponerlos de forma adecuada para minimizar los riesgos tanto para los trabajadores como para los visitantes de museos.
Más recientemente, en 2017, Amanda Mithander, Gitte Felding, Peter Jacobsen y Thomas Göen, especialistas en Medicina del Trabajo, publicaron en Journal of Occupational Medicine and Toxicology un estudio titulado Evaluación de la exposición del personal de museo al arsénico durante el manejo de exposiciones contaminadas, mediante análisis en orina de los tipos de arsénico. No representativo a nivel de pruebas analizadas, se tomaron muestras a cinco empleados del Museo de Zoología de Copenhague, antes y después de una semana de exposición manipulando ejemplares contaminados durante dos horas y media a tres horas sin emplear equipos de protección. De los cinco sujetos sólo uno de ellos presentó un aumento notable en la cantidad de arsénico en orina, superando el límite legal de exposición según la legislación laboral estadounidense, aunque por debajo del límite de la legislación alemana. Los autores, no obstante la escasa representatividad de su estudio, además de sugerir el biomonitoreo del personal, recomendaban revisar las medidas preventivas considerando el empleo de protección respiratoria y dérmica, y la separación de las áreas de trabajo y de descanso.
Los taxidermistas que emprendemos trabajos de restauración debemos tener en cuenta varios aspectos y tomar medidas. Como se ha comprobado un alto porcentaje de especímenes, sobre todo aves, preparados entre finales del siglo XVIII y mediados del XX contienen arsénico y en menor número mercurio, además de otras sustancias altamente tóxicas. No siempre están etiquetados lo que dificulta su datación o certificación del empleo de dichas sustancias. En ocasiones a simple vista puede observarse acumulación de polvo o cristales tóxicos en la base del pelo o pluma, alrededor de los ojos, boca, pico y orejas, entre o bajo los dedos. Con frecuencia, aunque están presentes, el veneno es inobservable. Preventivamente, al operar con sujetos de ese periodo, siempre deberemos tomar medidas. En este sentido un manual de buenas prácticas incluiría la utilización de mascarilla y guantes desechables de nitrilo o látex y el empleo de una bata limpia mientras se manipulan los ejemplares; la limpieza y ventilación del área de trabajo; o el aseo con agua y jabón.
Tampoco hemos de olvidar que la mayoría de los productos químicos con los que trabajamos habitualmente o con los que hasta no hace mucho tiempo trabajábamos son tóxicos o peligrosos en mayor o menor medida y deben manipularse con precaución y la debida protección. A saber, los corrosivos ácidos empleados en el curtido durante el piquelado; los relativamente tóxicos curtientes sulfato de aluminio y cromo III; el tricloroetileno empleado como desengrasante; la inflamable acetona como disolvente; la naftalina como antipolillas; el ácido fénico o fenol como desinfectante; el formol o formaldehído y el metanol como curtientes o conservantes líquidos; el comburente peróxido de hidrógeno o agua oxigenada como desinfectante y blanqueante; el nitrobenceno o esencia de mirbana, altamente tóxico y hasta no hace mucho empleado como antipolillas en las colecciones de insectos; los irritantes desinfectantes domésticos lejía y amoníaco -jamás deben mezclarse-. El propio bórax puede llegar a ser irritante o afectar al feto en el caso de las embarazadas en caso de inhalación continuada. Los efectos sobre la salud de la mayoría de los mencionados pueden consultarse a continuación en el listado de sustancias tóxicas de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
Tampoco hemos de olvidar que la mayoría de los productos químicos con los que trabajamos habitualmente o con los que hasta no hace mucho tiempo trabajábamos son tóxicos o peligrosos en mayor o menor medida y deben manipularse con precaución y la debida protección. A saber, los corrosivos ácidos empleados en el curtido durante el piquelado; los relativamente tóxicos curtientes sulfato de aluminio y cromo III; el tricloroetileno empleado como desengrasante; la inflamable acetona como disolvente; la naftalina como antipolillas; el ácido fénico o fenol como desinfectante; el formol o formaldehído y el metanol como curtientes o conservantes líquidos; el comburente peróxido de hidrógeno o agua oxigenada como desinfectante y blanqueante; el nitrobenceno o esencia de mirbana, altamente tóxico y hasta no hace mucho empleado como antipolillas en las colecciones de insectos; los irritantes desinfectantes domésticos lejía y amoníaco -jamás deben mezclarse-. El propio bórax puede llegar a ser irritante o afectar al feto en el caso de las embarazadas en caso de inhalación continuada. Los efectos sobre la salud de la mayoría de los mencionados pueden consultarse a continuación en el listado de sustancias tóxicas de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
MÁS INFORMACIÓN:
Desde el año 2008 en Europa es obligatorio -al igual que en otros países- el etiquetado en los envases de productos químicos con pictogramas que alertan acerca de su peligrosidad. Para la Salud y la protección del Medio Ambiente conviene tenerlo en cuenta y leer con atención las hojas técnicas y de seguridad que los acompañan. Los símbolos son los siguientes:
Notas y créditos.-
(1) Sulfato de aluminio y un segundo metal, con propiedades curtientes.
(2) El aloe es una planta empleada desde la Antigüedad en medicina.
(3) Sustancia resinosa con propiedades medicinales que se obtiene de la corteza del árbol Commiphora myrrha.
(4) Óxido de calcio.
(5) Sustancia semisólida cristalina con propiedades antisépticas y medicinales que se obtiee del árbol Cinnamomum camphora.
(6) Sustancia que se obtiene de algunos animales o plantas empleada mayormente en perfumería.
(7) El cardenillo, verdín, verdete o verdigrís, es una sustancia venenosa que se forma sobre el cobre o sus aleaciones. Se ha empleado en Medicina y como fungicida
(8) Mineral empleado como antiséptico, e igualmente tóxico.
(9) O aguarrás. Líquido con propiedades desinfectantes que se obtiene de la destilación de la resina de ciertos árboles. Es corrosivo e irritante.
(10) Imagen de Taxidermie (1820) de Louis Dufresne.
(11) Ilustración reproducida en su libro Modern Taxidermy (1975), propiedad de la editorial Greenfield Center de Nueva York.
© All rights reserved. ® Reservados todos los derechos.
Taxidermidades, 2020.
Bibliografía:
Montagu Browne Practical Taxidermy. A Manual
of Instruction to the Amateur in Collecting, Preserving, and Setting up Natural
History Specimens of all Kinds, The Bazaar,
Londres, 1878.
Thomas Davies A Letter from Captain Davies to John Ellis, Esq., F.R.S., on a Method of Preparing Birds for Preservation , Read March 22, 1770, en The Philosophical Transactionsof the Royal Society of London, vol. LX, Londres, 1771.
Johann Reinhold Forster A
Catalogue of the Animals of North America. Containing an enumeration of
the know Quadrupeds, Birds, Reptiles, Fish, Insects, Crustaceous and
Testaceous Animals; many of wich are New, and never described before. To
which are added, Short Directions for Collecting, Preserving, and
Transporting all Kinds of Natural History Curiosities , Ed. B. White, Londres, 1771.
Tesser Samuel Kuckahn Four Letters from Mr. T. S. Kuckhan, to the President and Members of the Royal Society, on the Preservation of dead Birds, Read May 24-July 5, 1770, en The Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Londres, 1770.
Denis Joseph Manesse Traité sur la manière d’empailler et de conserver les animaux, les pelleteries, et les laines, Guillot, Paris,
1787.
Fernando Marte, Amandine Péquignot y David W. von Endt Arsenic in Taxidermy Collections: History, Detection, and Management, en Collection Forum, nº 21/1-2, The Society for the Conservation of Natural History Collections, Washington, 12 de abril de 2006.
Pierre Jean-Claude Mauduyt de la Varenne Lettre sûr la manière de conserver les animaux desséchés , en Observations sûr la Physique, sûr l’Histoire Naturelle et sûr les Arts, vol 2, París, noviembre de 1773.
Amanda Mithander, Thomas Göen, Gitte Felding y Peter Jacobsen Assessment of museum staff exposure to arsenic while handling contaminated exhibits by urinalysis of arsenic species , en Journal of Occupational Medicine and Toxicology, nº 12/26 , European Society for Environmental and Occupational Medicine , Londres, 25 de agosto de 2017.
Pierre-François Nicolas Méthode de Préparer et Conserver les Animaux de toutes les classes , F. Buisson, París, 1800.
Giovanni Pietro Olina Uccelliera. Overo discorso della natura, e proprietà di diversi uccelli, e in particolare di que' che cantano con il modo di prendergli, conoscergli, alleuargli, e mantenergli , Leo S. Olschki, Florencia, 2000.
Amandine Péquignot, Fernando Marte y David von Endt L'arsenic dans les collections d'Histoire Naturelle, en La Lettre de l'OCIM, nº 105, Office de Cooperation et d'Information Muséographiques, Dijon, mayo-junio de 2006.
René Antoine Ferchault de Réaumur Manière de conserver les oiseaux morts avec un air de vie . 6e mémoire, Manuscrito no publicado del Fonds Réaumur de la Académie des Sciences de Paris, [1753]. René Antoine Ferchault de Réaumur Differents moyens d'empêcher de se corrompre les oiseaux morts qu'on veut envoyer dans des pays éloignez et de les y faire arriver bien condittionez. Quelques-uns des ces mêmes moyens peuvent être aussi employez pour conserver des quadrupèdes, des reptiles, des poissons et des insectes , Imprimerie Royale, Paris, 1747.
P. Jane Sirois The Analysis of Museum Objects for the prersence of Arsenic and Mercury: Non-destructive Analysis and Sampe Analysis , en Collection Forum, nº 16/1-2, The Society for the Conservation of Natural History Collections, Washington, 15 de enero de 2001.
Félix Vicq d'Azyr y Germain Poirier Instruction
sur la manière d'inventorier et de conserver, dans toute l'étendue de
la République, tous les objects qui peuvent servir aux arts, aux
sciences et à l'enseignement , Imprimerie Nationale, París, 1793.
Charles Waterton Wanderings in South America the North-West of the United States, and the Antilles, in the years 1812, 1816, 1820, &1824. With Original Instructions for the Perfect Preservation of Birds, &c. for Cabinets of Natural History, B. Fellowes, Londres, 1828.
[John Woodward] Brief instructions for making observations in all parts of the World: as also for collecting, preserving, and sending over natural things, being an attempt to settle an universal correspondence for the advancement of knowledge both natural and civil, R. Wilkin, Londres, 1696.
Recursos:
Artículo El jabón arsenical de Bécoeur en Taxidermidades.
Recursos:
Artículo El jabón arsenical de Bécoeur en Taxidermidades.
Artículo Las enfermedades infecciosas de origen biológico que amenazan al taxidermista en Taxidermidades.