Nelson R. Wood en su taller del Smithsonian a finales del siglo XIX o principios del XX (1). |
En la imagen observamos a un taxidermista trabajando en el fondo de una sala, en una diminuta mesa y con varios pájaros montados a su espalda y a un lado: un casuario, un cisne, un aguilucho, un par de mochuelos, algunas aves limícolas, etc. Todo el material tiene relación con la preparación de aves, destacando la gran cantidad de perchas y de material, barras de madera y tablas redondas, lo necesario para fabricar aún más perchas. Una amplia mesa a la derecha. El sombrero y la chaqueta del personaje colgados al lado de la puerta. La estancia está iluminada artificialmente y se calienta durante el frío invierno con un radiador. La fotografía pertenece al Archivo de la Institución Smithsonian de Washington, y la información que adjunta en el momento de escribir este texto es que la fotografía se tomó en la década de 1880 0 de 1890 (2), que el personaje se trata de un empleado del museo, que probablemente se trate de Nelson Rush Wood, y que se encuentra trabajando en una habitación del piso superior del Old Shed en South Yard.
Por mi parte puedo confirmar que efectivamente se trata de Nelson R. Wood quien en 1878 con veintiséis años fue contratado por Henry Ward, y que permaneció en el Ward's Establishment de Rochester, Nueva York, el mayor proveedor de especímenes de Historia Natural de la época en los Estados Unidos, hasta 1888, fecha en que se incorporó al Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos de Washington, donde trabajó hasta la fecha de su muerte, el 8 de noviembre de 1920. Perteneció a la Sociedad Biológica de Washington.
Empleados del Ward's Establishment en 1879. El primero abajo a la izquierda Nelson R. Wood (3). |
La información que facilita el Archivo del Smithsonian se puede afinar. Si se trata de una sala del edificio conocido como Old Shed, anexo al histórico Castle -primer edificio del museo-, la fotografía debería ser posterior a 1898, puesto que hasta esa fecha los taxidermistas tenían su espacio de trabajo en el mismo Castillo, y es a partir de ese año cuando se inaugura Old Shet en South Yard. Por otra parte, el Informe Anual hasta el año 1903 de los Museos Smithsonian nos revela que ese año los taxidermistas especializados en aves son los únicos que permanecen en el piso superior del Castillo, mientras que los taxidermistas de mamíferos tenían su laboratorio en el "nuevo edificio construido en 1898 conocido como 'south shed'". Ambas informaciones son contradictorias. Por otra parte existen otras fotografías del propio Wood, más viejo y trabajando en el mismo espacio, datadas en 1916, perteneciente a la Harris & Ewing Collection de la Library of Congress. Sea como sea pocos detalles biográficos más conocemos de nuestro personaje.
Algunos rasgos de la personalidad de Nelson R. Wood fueron esbozados tras su muerte por Robert Wilson Shufeldt, osteólogo y museólogo, conservador honorario del Museo Smithsonian durante una década, personaje con una ajetreada vida personal. Shufeldt publicó el siguiente texto en la revista Field and Stream en abril de 1921.
"Nelson Rush Wood, un reconocimiento del trabajo de quien quizás fue el mejor taxidermista de aves de América (4).Por el doctor R. W. Shufeldt.
Cuando el señor Nelson Rush Wood falleció el 8 de noviembre de 1920, el Museo Nacional de los Estados Unidos perdió a uno de sus trabajadores, alguien que probablemente no podrá ser reemplazado por nadie de su habilidad durante tiempo, mientras que la multitud de naturalistas y amantes de la naturaleza, aquí y en el extranjero, sabrán con profundo pesar que la muerte se ha cobrado un taxidermista de aves que estaba casi a la cabeza en esa rama de la profesión; de hecho, en el montaje de todo tipo de aves domésticas, aves de caza y palomas, el señor Wood no tenía igual en América. Aunque buenamente se podría hacer una excepción a ello. El señor Denslow (5), de Nueva York, ha perfeccionado un método para modelar las cabezas y estructuras asociadas de las aves domésticas que tienen cabezas sin plumas con alguna mixtura que reproduce esas partes tan perfectamente que casi tienen vida; las cabezas de gallos y pavos las hace así, y con notable perfección. Mi impresión es que el señor Wood nunca intentó nada de esta naturaleza en la línea del arte, aunque no encontró dificultad en hacerlo tan bien en otros aspectos.
Cuando el señor Wood falleció en Washington, tenía entre sesenta y ocho y sesenta y nueve años de edad. Al iniciarse en el mundo, sus bolsillos estaban vacíos, y sus pertenencias personales consistían principalmente en el traje bastante desgastado que llevaba puesto. Durante algún tiempo se vio obligado a trabajar en el oficio de fabricante de arneses, incluso después de que el naturalista y el taxidermista que había en él se volvieran más o menos marcados. Se cuenta la historia de que tenía un conocido alemán, un fabricante de arneses, que conocía a algunos de los empleados del Establecimiento de Ciencias Naturales de Ward, de Rochester, Nueva York. Wood deseaba conseguir trabajo en el Ward, y este hombre prometió ayudarlo en eso; pero cuando llegó a su tienda, le informó a Wood que no creía que su influencia pudiera serle útil; además, tampoco tenía trabajo para él en su oficio, y tan sólo precisaba “un hombre que ennegreciera el horno del sótano”. El señor Wood le preguntó cuánto pagaría por el trabajo. Cincuenta centavos -dijo el alemán-. Entonces le quitó el abrigo a Wood y éste ennegreció aquella gran estufa por cincuenta centavos. ¡Años después dijo que estaba muy contento de haberlo hecho!Los comienzos del actual Parque Zoológico Nacional, en Washington, consistieron en unas pocas aves y mamíferos, mantenidos en una larga estructura de madera en la parte trasera del antiguo edificio Smithsonian, y pusieron al señor Wood a su cargo, hace unos treinta y tres años. Sin embargo, no estuvo mucho tiempo retenido en aquel cometido; porque, a medida que desarrollaba su talento en la taxidermia de aves, fue transferido a ese departamento que, en aquellos días lejanos, se encontraba en el piso superior de una pequeña y aislada casa de ladrillos de dos pisos, a pocos metros al oeste del Smithsonian (6). Allí también trabajaron Palmer padre (7), Marshall y su hijo George, J. W. Scollick y otros.
Personalmente, traté al señor Wood durante más de un cuarto de siglo; y durante los últimos diez años he ido acudiendo a su taller varias veces a la semana. Por lo general, pasaba el mes de enero en Auburndale, Florida, donde durante mucho tiempo disfrutó de una excelente granja de naranjas y cidras, una de sus posesiones más valiosas.
El señor Wood fue uno de los varios que provinieron del Establecimiento de Ciencias Naturales de Ward de Rochester, Nueva York, y fue contratado por el profesor Spencer F. Baird, entonces Secretario de la Institución Smithsonian, para formar parte de la plantilla de ese famoso museo. Había obtenido empleo en Ward's a través de su viejo amigo, Scollick, y fue admitido por el doctor F. A. Lucas, actual director del Museo Americano de Historia Natural, por entonces segundo a cargo en el Ward's Establishment. Uno de los primeros trabajos, si no el primero, que le encomendaron a Wood fue la restauración de una gran zona carente de pelo a algún mamífero montado, una operación que requería colocar cada pelo individualmente pinchándolo con una aguja fina. Pero el tedio de aquella tarea lo irritó tanto que la dejó de lado y rogó que lo emplearan en la conservación de aves, una clase de trabajo al que pronto dedicó todo su tiempo y atención.
Prácticamente, la pasión de Wood eran las aves, incluidas las domésticas de todo tipo, aunque más particularmente las diversas razas de pollos y todas las variedades de tórtolas y palomas. Era un estudioso de la naturaleza de la vieja escuela, y continuamente estudiaba las especies silvestres de nuestras aves en los bosques y campos del Distrito de Columbia, así como en Florida, mientras prestaba considerable atención a las variedades extrañas en el conocido Pet Emporium del señor Edward S. Schmid (8), en Washington, donde solía haber un gran surtido a su servicio. Sin ningún instrumento que lo ayudara, podía imitar las notas y llamadas de más de cien especies de nuestras aves nativas tan perfectamente que las aves mismas se engañaban, tanto las enjauladas como las libres. Tenía muchos pájaros como mascotas y amaba especialmente a un cuervo que había criado y que tuvo en su taller durante varios años. Se podría escribir un pequeño volumen sobre aquel cuervo y la extraordinaria educación que recibió de su amo. En una ocasión, hace muchos años, el señor Wood y yo cruzábamos el Puente Largo, sobre el río Potomac, pegado a Washington. Una veintena de cuervos, volando en desorden, pasaban por encima de mi cabeza cuando, para mi total sorpresa (porque entonces no estaba familiarizado con los logros del señor Wood en este tema), dio rienda suelta al canto de un cuervo en dificultades. ¡Imagine mi asombro al ver que la bandada de cuervos detiene su curso en lo alto! En su vuelo volaron en círculos hacia abajo, posándose a su alrededor en la barandilla del puente a distancia prudencial, y dando rienda suelta a un coro de "graznidos", para expresar su protesta contra la persecución o tortura de uno de su especie. El señor Wood simplemente dijo: "¡Qué te parece!"En otra ocasión, con uno o dos acompañantes, visitó una de las grandes exposiciones avícolas de Washington, donde se exhibían unas mil o más aves: pavos, gallinas de Guinea y otras más. Al entrar en el salón principal, las pintadas estaban dando rienda suelta a sus habituales cantos, y en tal volumen que la multitud casi se predisponía a abandonar el edificio, tan grande era el fastidio que los expositores se encontraban en un estado de desesperación. Cuando Wood pasó cerca de las jaulas, de repente imitó algunas curiosas notas de gallina de Guinea, con lo cual todos los pájaros de esa especie del salón se quedaron en silencio de inmediato. La gente de su alrededor se sorprendió sobremanera; pero, cuando Wood estaba a punto de irse, después de haber visto todo lo que deseaba, comentó que "no es bueno que las gallinas de Guinea permanezcan en silencio tanto tiempo", a lo que dio otros dos o tres cantos muy diferentes de esos pájaros, cuando toda la colección estalló de igual ensordecerora manera que cuando los calló. En este punto, él y sus amigos abandonaron tranquilamente el salón.
Wood fue un visitante habitual del Parque Zoológico Nacional, donde anotaba y fotografiaba gran número de aves foráneas, mientras estudiaba nuestras especies nativas en los bosques cercanos y campo abierto. Si deseaba observar las diferentes actitudes de los pájaros en la naturaleza cuando estaban influidos por diversas emociones, todo lo que tenía que hacer era sentarse tranquilamente en algún lugar del bosque, cuando los pájaros estaban criando o migrando, e imitar las diferentes llamadas de cualquiera de ellos. Con la mayor perfección imitó las notas de angustia de un pájaro sufriendo en las garras de un halcón o un búho, con todos los pájaros oyendo a su alrededor, dándole la oportunidad deseada de estudiar sus notas y actitudes. Toda esta experiencia e información de primera mano la llevó a su mesa de trabajo, y se manifestó en cada pájaro mientras lo conservaba y montaba para las vitrinas del Museo Nacional, en las que ahora hay cientos para ser estudiados y admirados.
Alca gigante restaurada por Wood, antes y después (9). |
He conocido, en mi tiempo, a algunos de los taxidermistas de aves más distinguidos que ha producido este país, como John G. Bell (10) y varios de sus alumnos más competentes, y no muchos más; sin embargo, puedo afirmar libremente que Estados Unidos jamás ha tenido un artista en esta materia que pudiera igualar al señor Wood en el montaje de aves de corral y palomas. En 1894, cuando publiqué mi Scientific Taxidermy for Museums un informe del Smithsonian con más de ochenta láminas a página completa, dediqué una serie de ellas al trabajo del señor Wood, que son evidencia de la afirmación anterior. Lo observé la mayoría del tiempo que estuvo remodelando y volviendo a montar el espécimen de gran alca —esa rara avis de los museos del mundo—, como lo observé cientos de veces mientras trabajaba, y nunca me cansé de la experiencia. Muchos de los negativos (11) de mi colección privada son de sus pájaros montados, y un gran número de ellos, o copias de ellos, han sido publicados por mí en este país y en el extranjero.
El señor Wood recolectó e introdujo en este país muchas aves extranjeras raras y crió no pocas especies valiosas, como las aves de la selva de la India y otras. Los llamados “plumajes de eclipse” de los patos le interesaron mucho, y contribuyó no poco a nuestro conocimiento de esos notables y curiosos cambios de plumaje. En sus vagabundeos por Florida, fue un observador cercano de las formas vivas de todas las descripciones en su ambiente natural, y en no pocas ocasiones proporcionó a los zoólogos los apuntes más notables sobre los hábitos de vida de los batracios y reptiles de esa parte del país. En un viaje capturó especímenes de un pequeño lagarto -una lagartija-. Cuando estos fueron enviados al Museo Nacional, el doctor Leonard Stejneger, Jefe del Departamento de Reptiles, descubrió que la especie era nueva para la ciencia, y por eso la denominó lagartija de Wood (Sceloporus woodi) (12). También me enviaron varios especímenes vivos de esta lagartija, y logré obtener negativos a tamaño natural de ellos en numerosas poses.
Vale la pena señalar la habilidad del señor Wood para restaurar viejas pieles de aves, ya fueran sin montar o montadas. Ello fue un logro muy valioso, ya que con frecuencia algunas de las pieles de pájaro más raras y preciadas de la vasta colección del Museo iban camino de los cubos de basura cuando él las rescataba; fue maravilloso ver sus restauraciones."
Shufeldt publicó además textos similares recordando a Wood, aunque más breves, en enero de 1921 en las revistas The Auk y Science, y en el número de mayo de 1921 de la revista The Oölogist, incluyendo en esta última una fotografía de su colección de un pavo de Honduras preparado por Wood. Para completar la reseña anterior con algún dato más, cabe decir que Wood, además de contribuir al descubrimiento de la lagartija Sceloporus woodi, lo hizo también con la subespecie tortuga mordedora de Florida (Chelydra serpentina osceola), descrita asimismo por Stejneger.
En
la citada Scientific Taxidermy for Museums (1894), Shufeldt se
referia ciertamente a Wood resaltando su habilidad para rehacer
especímenes mal montados como el alca gigante -véase la lámina- y
su buen hacer con las aves de corral. Y es que efectivamente Wood, además de trabajar con toda clase de aves, se implicó especialmente en la preparación de la colección de aves domésticas del Smithsonian. El Informe Anual del Museo hasta mediados de 1891 recoge:
"El trabajo de montaje de ejemplares típicos de animales domésticos ha sido continuado por el señor Nelson R. Wood, montándose 69 ejemplares durante el año. Casi todos los sujetos se trataron de especímenes difíciles, que requirieron mucho tiempo para su preparación. Al cierre del año objeto de este informe se habían recolectado 44 ejemplares de palomas y aves domésticas pura sangre."
Por otra parte, la propiedad en Auburndale, condado de Polk, Florida, que cita Shufeldt en su texto, se trataba de una finca de unas dieciséis hectáreas en la orilla oeste del lago Juliana que Wood había comprado a medias con su amigo Winfield S. Jenks, vendedor de estufas con tiendas en Washington y alrededores, en una venta fiscal en 1910. Jenks murió en 1914 y su parte pasó a ser propiedad de su hijo Holland W. Jenks, que a la muerte de Nelson R. Wood, éste sin herederos -desconocemos si nuestro protagonista era soltero o viudo-, recibió a su vez el legado de Wood consistente en su parte de la finca más unos 10.000 dólares. Holland emplearía la herencia de Wood para a partir de 1922 ampliar la finca hasta las veinte hectáreas y reconstruir junto a su esposa Alice una nueva casa de estilo mediterráneo que en la actualidad, conocida como Holland Jenks House, se encuentra protegida e incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
Hasta el momento desconozco más detalles personales o familiares de Wood. En qué año y dónde nació, y si había tenido familia o no. Según el Directorio Boyd en
1892 vivía en el número 943 de Virginia Avenue SW de Washington D.C.; mientras que cuando le sorprendió la muerte en su domicilio el 8
de noviembre de 1920, éste se ubicaba en el 2817 Quarry Road NW, a poco
más de doscientos metros del zoológico que acostumbraba visitar.
Retomando su oficio, de su paso por el Ward's Natural Science Establishment de Rochester en su etapa de formación, donde permaneció durante una década, da testimonio una fotografía donde Wood aparece -sentado abajo a la izquierda- junto a otros grandes taxidermistas que en los años siguientes se ocuparían en algunos de los incipientes grandes museos de Historia Natural estadounidenses. En esa imagen aparecen Frederick S. Webster, J. William Critchley, John Martens, Jules F. D. Bailly, y Frederick A. Lucas y William T. Hornaday, éstos dos últimos con quienes coincidiría poco después en el Museo Nacional.
Refiriéndose a la pericia de Wood para recuperar pieles de aves aparentemente inservibles, el 11 de agosto de 1903 el diario Washington Post publicaba la siguiente crónica:
"Un taxidermista experto.
La Institución Smithsonian es particularmente afortunada en la elección de su taxidermista de aves, el señor Nelson R. Wood, quien sin duda es uno de los mejores y más hábiles trabajadores de América. Las personas que visitan su laboratorio simplemente se sorprenden de la forma en que a menudo toma la piel de un ave, que a la vista de cualquiera aparenta haber sido arrastrada por tierra por algún can demasiado juguetón, y convertirla a los pocos días en un hermoso pájaro.
Un día, no hace mucho, las ratas accedieron a un pavo real javanés que el señor Wood acababa de montar para la exposición de San Luis, y mordisquearon algunas plumas del cuello, que se desprendieron. Cuando el señor Wood lo descubrió, reconstruyó cada pluma con cola de pescado, devolviéndo cada una de ellas a su posición correcta en el cuello del ave. Coleccionistas le envían loros, guacamayos, halcones, grullas, pájaros carpinteros y faisanes con las plumas rotas y desordenadas, pero sabiendo la posición exacta de cada pluma en cada especie, raza y variedad de cada criatura alada, el señor Wood se dispone laboriosa y concienzudamente a trabajar, primero arreglando las plumas y luego devolviéndolas a su lugar apropiado."
Wood se encargó de preparar algunos ejemplares con nombre propio. Entre ellos se encuentran Cher Ami, la paloma bravía macho héroe de la Primera Guerra Mundial, y Martha, el último ejemplar de paloma migratoria (Ectopistes migratorius) viva conocida.
Notas y créditos.-
(1) Smithsonian Institution Archives.
(2) La fotografía aparece duplicada en el archivo digital de imágenes, en
una copia se indica que se tomó en la década de 1880 y en la otra en la de 1890.
(3) Fotografía reproducida en el libro de homenaje a F. A. Lucas Fifty Years of Museum Work. De pie de izquierda a derecha: Frederick S. Webster (taxidermista, ornitología), Harry L. Preston, Edmond N. Gueret (osteólogo), Arthur B. Baker (invertebrados), Robert Koehler, Frederic August Lucas (taxidermista), John William Critchley (taxidermista), Frederick W. Staebner (mineralogía) y E. Mirguet. Sentados: Nelson R. Wood (taxidermista), "Cris" (Isidore Prevotel?, taxidermista), Charles E. De Kemperer, William T. Hornaday (taxidermista, mamíferos), John Martens (taxidermista, mamíferos) y Jules F. D. Bailly (taxidermista y osteólogo).
(4) Lógicamente se refiere sólo a los Estados Unidos.
(5) Henry Carey Denslow (Rochester, Nueva York, 1867 - Hartford, Connecticut, 1944), taxidermista especializado en aves que entre 1883 y 1887 trabajó en el Ward's Natural Science Establishment, como taxidermista privado entre 1888 y 1897, entre 1898 y 1900 en el Museo Field de Chicago y entre 1900 y 1907 en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Se convirtió en escultor, pintor e ilustrador de libros. Autor de un libro infantil. En 1927 fue nombrado conservador de Historia Natural del Brooklyn Children's Museum.
(6) La información de Shufeldt no coincide con lo comentado en el tercer párrafo. ¿Antes del Old Shet, erigido en 1898, había otro edificio?
(7) Joseph Palmer, padre del asimismo taxidermista del Smithsonian William Palmer.
(8) El Schmid's Emporium of Pets, fundado en 1883 y ubicado en el 712 de Twelth Street NW de Washington D.C., era una empresa importadora y exportadora de todo tipo de animales, mayormente mascotas.
(9) Lámina del libro Scientific Taxidermy for Museums de Shufeldt.
(10) John Graham Bell (Sparkill, Nueva York, 1812-1889), taxidermista que viajó con el célebre naturalista John James Audubon hasta el río Misuri en 1943, y que montó algunos trofeos de caza para Theodore Roosevelt.
(11) Negativos fotográficos.
(12) Actualmente conocida como lagartija espinosa de Florida.
(13) Ilustración del texto de Shufeldt en The Oölogist de mayo de 1921.
(14) Fotografías a partir de negativos sobre cristal de Harrys & Ewing datados en 1916. Harris & Ewing Collection, Library of Congress.
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Taxidermidades, 2023.