La novela El hombre que ríe (1869) es junto a Los Miserables y El noventa y tres una de las grandes obras del escritor romántico francés Victor Hugo. Está ambientada en la Inglaterra de finales del siglo XVII. El protagonista es Gwynplaine un niño abandonado, con la cara deformada con una sonrisa perpetua que crece junto a Dea, ciega y huérfana. Ambos son acogidos por Ursus, un curandero medio filósofo que recorre el país con su carromato y un lobo llamado Homo, su mascota confidente. Con los años la deformidad de Gwynplaine y la bella voz de Dea les valdrá para protagonizar un exitoso espectáculo teatral ambulante. Ello hasta que el joven descubre su origen noble.
Una escena de la novela evoca la decoración de los gabinetes o las boticas de médicos y farmacéuticos de la época en los que, además de frascos con esencias de plantas o libros, abundaban los animales disecados, casi siempre preparados por ellos mismos gracias a sus conocimientos tanto de cirugía como de botánica, de las plantas con propiedades conservantes. Ambos, médicos y boticarios, tienen su hueco como disecadores en la Historia de la Taxidermia.
Gwynplaine y Dea recién cobijados por Ursus (1). |