Primer Informe Anual de la Sociedad. |
Reunidos en el Ward's Natural Science Establishment de Rochester, Nueva York, el 12 de marzo de 1880, Frederic S. Webster (1), Thomas W. Fraine, Frederic August Lucas, Jules François Desiré Bailly, Johannes John Martens, Arthur Benoni Baker y William Temple Hornaday, acordaron la creación de la Society of American Taxidermists. La elección de la ciudad de Rochester no fue casual. Todos ellos trabajaban en la ciudad, y todos ellos, excepto Fraine, lo hacían para el profesor Henry A. Ward.
Frederic S. Webster, en un artículo autobiográfico publicado en 1945 en la revista Annals, recordaba su amistad con Hornaday y la gestación de la Sociedad de Taxidermistas Americanos:
"No estuve en el Ward's mucho antes de que William T. Hornaday retornara de la India donde había estado recogiendo pieles de animales y esqueletos, principalmente para el Museo de Harvard. Éramos aproximadamente de la misma edad, teníamos inclinaciones similares, y forjamos una firme amistad desde el principio. Vio lo que yo hacía y lo que había hecho, coincidimos en nuestra manera de pensar, y planeamos y organizamos la Sociedad de Taxidermistas Americanos."
La noche del día 14 de diciembre de 1880 tuvo lugar la inauguración oficial de la exposición, para la que se repartieron 350 invitaciones. La
sala que la Monroe County Sportsmen's Club cedió gratuitamente para la
ocasión medía unos 37 metros de largo por unos 9 de ancho y estaba
repleta. Durante el día, con la sala cerrada, el jurado había tenido la oportunidad de examinar los montajes presentados desconociendo sus autores. Por la noche los montajes ya disponían de cartelas con el nombre del montaje y del artista. Al día siguiente se abrió al público, que pudo visitarla previo abono de 25 centavos por entrada -destinados a cubrir los gastos- de 10 de la mañana a 10 de la noche y hasta el día 18. Los periódicos locales se hicieron eco. El éxito de público obligaría a prorrogarla hasta la noche del día 22 de diciembre. El día 15 a las 2 de la tarde tuvo lugar la primera asamblea de la Sociedad. Webster la inauguró con una breve introducción a la historia de la Taxidermia; se enmendaron algunos artículos de los estatutos de la entidad; se aceptaron como nuevos socios al reverendo William Elgin de Rochester, a David T. Bruce de Brockport, y a Charles H. Hedley de Medina; se propuso al doctor Holder como miembro honorario; siguió la reunión con un turno de agradecimientos a los jueces, a la sociedad de cazadores propietaria del salón, y a los cuatro periódicos que contribuyeron al éxito; y Webster, Lucas y Wood fueron elegidos para juzgar las pieles de aves y los accesorios de Taxidermia exhibidos. Para terminar se eligió una nueva Junta Directiva: el doctor Scott presidente, Webster vicepresidente, Hornaday secretario, Lucas tesorero, y Fraine, Bailly y William G. Smith de Rochester como vocales.
A aquella Primera Exposición de la Sociedad de Taxidermistas Americanos se presentaron en la Clase A dos grupos de mamíferos, uno de orangutanes de Hornaday, y otro de zorros grises de Bruce; 97 grupos de aves presentados por Bruce (43), Fraine (14), Hedley y su esposa (13), Lucas (6), Webster (5), Smith y su esposa (4), Edward L. Ormsbee (6) (2), James Mortimer Southwick (7) (2), Frank S. Wright (8), Samuel Frederick Rathbun (9), Alfred Myhill (10), Jencks, George F. Hutchinson (11), Henry A. Ward, y Hornaday; 2 grupos de peces presentados por Charles E. De Kempeneer (12) y Baker; 12 mamíferos individuales aportados por Martens (5), John William Critchley (13) (3), John Wallace (14) (2), Fraine y Ormsbee; 35 aves individuales pertenecientes a Fraine (14), Webster (8), Smith y señora (6), Wood (3), Wallace (2), Bailly y Baker; en la sección de reptiles individuales una tortuga presentada por Bailly; en la de cabezas disecadas participaron Fraine (12), Hornaday (4), Bailly (3), Lucas (2), Baker, y Wallace; en la sección de pieles de aves se presentaron cuatro lotes que sumaban 203, pertenecientes a Scott, Rathbun, Hutchinson y Ward; y finalmente un grupo de ocho crustáceos expuesto por De Kempeneer. La Clase B denominada Novedades en Taxidermia se subdividía a su vez en varias secciones: "grupos grotescos", montajes antropomórficos cómicos en su mayoría, 32 en total; 23 "artículos de uso y ornamento", tales como medallones, paneles, bodegones, etc. Una última Clase C denominada "Complementaria a la Taxidermia" reunía herramientas, ojos de vidrio, plantas artificiales y peanas, perchas y pedestales. Los individuos, grupos, lotes u objetos expuestos en la Exposición sumaron 239.
El
viernes 17 por la tarde se leyó el acta del jurado de concesión de
premios. La medalla de plata concedida a la mejor obra de la Exposición
se otorgó a Hornaday por su grupo de orangutanes denominado A Fight in the Tree-Tops (Disputa en las copas de los árboles).
Webster recibió la medalla de bronce a la segunda mejor pieza por un
pato de Carolina. La medalla de bronce concedida a la mejor exposición
general fue para John Martens, y el diploma de honor al segundo mejor
expositor para Webster. La lista seguía con más de una veintena
de premiados más con diplomas de honor y certificados de mérito.
Inexplicablemente el llamativo grupo de flamencos de Webster bautizado
como The Flamingo at Home (Flamenco en la morada) no obtuvo ningún premio, un hecho que
contrarió a los organizadores. Aquella Primera Exposición ingresó 286'72
dólares por entradas. Los taxidermistas expositores con montajes en venta recaudaron por un valor de 242'50 dólares.
William T. Hornaday había obtenido él mismo las pieles de los orangutanes de su viaje a India y Borneo entre 1877 y 1878 financiado por su patrón Henry A. Ward. El innovador grupo que se conoció como A Fight in the Tree-Tops estaba formado por dos machos adultos representados suspendidos en copas de árboles. Aquel primer premio fue indiscutible. Años más tarde el propio Hornaday escribiría en Taxidermy and Zoological Collecting (1891): "Aunque
pueda parecer inmodesto diciéndolo yo, no puedo dejar de creer que el
montaje de este grupo marcó el principio de una era en el progreso de la
taxidermia museística en los Estados Unidos". Hornaday montó el grupo de orangutanes para el Ward's Natural Science Establisment para el que trabajaba, lo terminó en agosto de 1879, justo a tiempo para ilustrar una conferencia suya en la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia donde fue elogiado por directores y gerentes de museos. El grupo de orangutanes se expuso pues en la Exposición de la Sociedad de Taxidermistas y, tasado en 800 dólares, era una de las piezas que se ofrecían en venta. En aquella Primera Exposición no encontró comprador, tampoco en la Segunda, donde como veremos en breve participó fuera de concurso. Hornaday añadiría al diorama una hembra y dos crías, y ampliado ya hasta los cinco individuos finalmente el Ward's consiguió venderlo al Museo
Nacional de Historia Natural de Washington. Su en aquel tiempo
competidor, el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, había encargado poco antes, en 1880, un grupo de cinco orangutanes al Ward's, el segundo grupo preparado por Hornaday, denominado The Orang-Utan at Home.
Acerca de la no concesión de premio alguno al grupo The Flamingo at Home de Webster, Hornaday relataría en Taxidermy and Zoological Collecting:
"Para sorpresa general, excepto para los jueces mismos, y con la consternación y el disgusto de los miembros fundadores de la Sociedad, el grupo de flamencos fue totalmente ignorado, y la medalla concedida a la segunda mejor pieza de toda la exposición fue adjudicada a un solitario pato de Carolina montado por el señor Webster.El fracaso del grupo de flamencos al no recibir reconocimiento causó una profunda decepción en todos los que observamos su creación con mucho interés y esperanzada expectación. Se esperaba hondamente que podría llegar a ser el precursor de una larga serie de grupos de aves del más variado e interesante carácter.La honestidad de los jueces de aquella exposición, hombres de altos logros científicos, no puede cuestionarse por su decisión en la concesión de aquellos premios. Habiéndose tomado a la ligera su tarea para valorar el grupo de flamencos, los jueces sostuvieron que tales grupos no eran adecuados para los museos científicos, cuando evidentemente esa había sido la intención durante su preparación. Los argumentos en contra fueron en vano, y los que creíamos en esos grupos nos vimos obligados, de momento, a colgar las arpas en los sauces (15). Me complace recordar que, aunque entonces aún no había llegado el momento, los acontecimientos posteriores desmostraron que la idea de los miembros del grupo fue buena, y que, aunque no llegó a concretarse la producción de grupos tal y como se preveía, el tiempo los ha puesto en su sitio, y los grupos ya están a la orden del día."
En su libro Hornaday relataba además cómo se había gestionado la creación del grupo de flamencos de Webster. Durante una reunión de la Sociedad de Taxidermistas Americanos se trató acerca de la evolución de la Taxidermia y
surgió el tema de los grupos en los museos. Frederic S. Webster, especialista en aves, que ya en 1869 había empezado
a construir dioramas con la finalidad de fotografiarlos y vender las
imágenes esteoroscópicas, de moda en aquella época, determinó
hacer un test para comprobar la aceptación popular de un grupo de aves,
diseñado de forma científica, especialmente concebido para ser expuesto en un
museo. Para
ello creó un grupo con tres flamencos de gran tamaño, dos de pie al
borde de una laguna con agua artificial, plantas acuáticas, etc., y el tercero, una hembra, incubando en su nido de barro.
En un artículo autobiográfico publicado en 1945 en la revista Annals, el propio Webster narraba lo sucedido, la gestación de aquel grupo y su decepción:
La Sociedad realizó tres interesantes e importantes exposiciones de preparaciones de animales. La primera se celebró en Rochester, Nueva York, en 1880; la segunda en Boston, Massachusetts, al año siguiente; y la tercera en Nueva York en 1883. La última fue patrocinada por el señor Andrew Carnegie y los gastos fueron asumidos por él. Las tres exposiciones contaron con montajes especialmente preparados y estos presentaron una marcada mejora año tras año. El Profesor Ward no tuvo un particular interés en las diferentes exposiciones y solamente asistió a la que se celebró en Rochester. Sin embargo, prestó el grupo de orangutanes al señor Hornaday que este había preparado mientras estuvo en nómina.Días antes de la inauguración, las piezas iban llegando antes de lo previsto. El trabajo amateur fue mucho mejor de lo esperado. Fight in the Tree-Tops del señor Hornaday mostraba dos grandes orangutanes machos, uno de ellos mordiendo el dedo índice del otro. Demasiado real como para agradar a niños y personas sensibles pero, como todas las cosas horribles, llamaba la atención. Sin embargo, ganó el favor de los jueces y obtuvo la Medalla de Plata como la mejor pieza de la Exposición, para sorpresa de la mayoría de los miembros. Como premios, la Sociedad ofreció una medalla de plata, una de bronce y una serie de diplomas. La medalla de bronce se otorgó a uno de mis pequeños candidatos, un pato de Carolina muy atractivo y hermoso que fue considerado como el mejor pájaro montado de toda la exposición y un verdadero clásico. El grupo de flamencos pasó totalmente desapercibido. Había preparado aquello con un claro propósito: influenciar al Profesor Ward para que fomentara la importancia educacional de las piezas de museo desarrollando grupos de aves ambientados. Hasta entonces, todos los animales destinados a museos se preparaban como unidades separadas. Cada pájaro se montaba en una percha mirando hacia la izquierda y en el museo se disponían mirando en la misma dirección y en desconcertantes hileras. (...) Los jueces abandonaron la ciudad casi de inmediato después de juzgar las piezas, sin haber razonado su veredicto. La insatisfacción sobre su decisión finalmente forzó al secretario de nuestra sociedad, el señor Hornaday, a escribir al Profesor W. E. D. Scott, secretario del Comité de Jueces, preguntando por qué motivo habían pasado por alto el grupo de flamencos cuando cuyo principal objetivo de la Exposición era mejorar el interés y la calidad de la taxidermia en nuestros museos. La respuesta de los jueces se publicó en la prensa de Princeton, y que aunque el grupo de flamencos revelaba gran habilidad y mérito artístico, el comité lo consideró como un intento de alcanzar lo inalcanzable, y que obras de características similares deberían ser desalentadas por las instituciones científicas. Fue así como aquellos caballeros ciegos intentaron disuadir mi idea de grupo ambientado, una idea que desde entonces ha sido tan magníficamente desarrollada y que ahora es aclamada como un gran éxito por cada museo en esta tierra de santos y pecadores.
Cuando informé al Profesor Ward de que deseaba preparar un grupo de flamencos para la Exposición me interpeló con un "¿De dónde obtendrá los pájaros? ". "¡Porque, profesor! ¡Usted tiene bastantes!", le recordé. "¡Ajá! eso es todo, ¿verdad? Bueno, tendrá que ofrecerme algo más de lo que ha hecho hasta ahora". Había realizado un pretencioso grupo de esa extraña combinación de mamífero y pájaro, el Ornithorhynchus u Ornitorrinco, que pone huevos y amamanta a sus crías. Los flamencos del Profesor Ward eran de la especie africana de gran tamaño, Phoenicopterus antiquorum, en algunos aspectos más bellos que cualquier otra clase por sus ricos tonos rosados que contrastaban con el blanco como la tiza del resto del cuerpo y el tenue color rosa del largo cuello. Me atreví a preguntar: "¿Ya puestos, me vendería usted las pieles que necesito?". "Sí", dijo, "Eso haré". Inmediatamente le pagué el elevado precio de setenta y cinco dólares por las tres bellas pieles y estuve feliz por tener el proyecto en marcha. Al día siguiente, para mi gran sorpresa, vino a preguntarme si había escogido los especímenes y cómo tenía previsto montar los pájaros en el grupo. Comencé por contarle lo que había pensado hacer, que seguiría la descripción de Audubon en cuanto a hábitos de cría del ave americana pero que no estaba dispuesto a tener la hembra esparrancada sobre su nido incubando, y pasé a describir a grandes rasgos el grupo propuesto. Cuando terminé, él dijo: "Quisiera conocer cómo sabe usted más sobre la cría de flamencos que Audubon, y cómo volará ante tal autoridad?". Le recordé al Profesor que Audubon jamás había visto la crianza del flamenco y que había obtenido su información de terceros. El sentido común me decía que ningún flamenco forzaría su anatomía descansando durante horas sobre el esternón sin el soporte de sus patas. Si ningún otro pájaro de patas largas lo hacía, ¿por qué debería hacerlo el flamenco? Él respondió: "Bueno, si piensa hacerse el gracioso con ese grupo, no le proporcionaré las pieles de flamenco". O me sometía o renunciaba a mi querido plan. Como fuera que había cedido en el punto principal de nuestra contienda, le arranqué el compromiso de que me permitiera el uso del laboratorio para preparar el grupo, algo que no hubiera sido posible sin aquella concesión. Trabajando fuera de horario los domingos y por las noches pude, sin ninguna ayuda, terminar el grupo a tiempo para la exposición. El Profesor Ward esbozó una sonrisa de aprobación.Cuando finalizó la exposición de Nueva York, el resultado fue certero y demasiado evidente como para ser negado. Demostré con éxito que esta ciencia natural visual había llegado para quedarse. Mis flamencos ganaban en popularidad por dos a uno. Por lo común, los pioneros no sobreviven lo suficiente para ver los beneficios derivados de sus esfuerzos. Por lo tanto, he tenido y todavía sigo teniendo la suprema satisfacción de saber que mis humildes esfuerzos en imágenes estereoscópicas de colores de conjuntos de naturaleza animada, allá por las décadas de los sesenta y setenta, fueron los verdaderos precursores de los excelentes grupos ambientados de hoy en día.
La siguiente reunión de la Junta Directiva de la Sociedad tuvo lugar en Rochester el 25 de marzo de 1881. Se dieron de alta ocho nuevos socios y a cinco de baja (17), se revisó algún artículo de los estatutos, se aprobaron las actas y el informe del tesorero, y se acordó que la Segunda Asamblea General y Exposición tuvieran lugar en Boston del 28 de noviembre al 7 de diciembre. La Junta Directiva en aquel momento la formaban Webster (pres.), Fraine (vicepres.), Hornaday (secret.), Lucas (tesor.), Martens, Baker y Southwick (vocales); la Sociedad contaba con siete miembros honorarios, uno correspondiente y 45 miembros activos.
En la reunión de la Junta del 14 de octubre de 1881 se decidió por unanimidad enmendar los estatutos de la Sociedad y el reglamento de exposiciones y, con ello renovar los miembros del jurado; y se encomendó al reverendo Elgin la tarea de buscar en Boston algun local que acogiera la Segunda Exposición. Así lo hizo éste el 20 de octubre, concertando el Horticultural Hall finalmente para diez días a partir del 12 de diciembre.
Dos días antes de la cita, para la que se habían cursado 350 invitaciones, Lucas, Webster, Critchley y Hornaday recepcionaron y colocaron las obras que presentaron quince taxidermistas. El evento se anunció durante diez días en seis periódicos, se colocaron 100 carteles de gran formato y distribuyeron unos 2.000 de tamaño media hoja para colocar en escaparates comerciales. Se mandaron imprimir 2.000 catálogos de la Exposición que se venderían a los visitantes a razón de 10 centavos la copia. El día 13 de diciembre el jurado de la Exposición, formado por James Carter Beard (18), "artista de Nueva York", el profesor y taxidermista John Wipple Potter Jenks (19), "naturalista de la Universidad Brown", y Thomas Hewes Hinckley (20), "artista de Milton, Massachusetts", examinó las obras a puerta cerrada. Aquel mismo día la Sociedad de Taxidermistas Americanos celebró su Asamblea en la sala de conferencias de la Sociedad de Historia Natural de Boston. El presidente Scott se felicitó por el curso de la Sociedad y la celebración de aquella Segunda Exposición. A modo de congreso se leyeron varias aportaciones. Hornaday leyó un artículo sobre el empleo de la arcilla como material de relleno y otro describiendo un método novedoso y fácil de montajes de medallones de peces (21), Lucas uno titulado Una crítica a los especímenes de museo, y Webster prometió redactar otro para publicar en el Informe Anual (22). Lucas hizo un llamamiento para recopilar bibliografía taxidérmica con el propósito de publicar un listado en el siguiente Informe (23). Se aceptaron tres nuevos miembros y a continuación se pasó al capítulo de agradecimientos y a la renovación de la nueva Junta Directiva: Lucas (pres.), Webster (vicepres.), Hornaday (secret.), Jencks (tesor.), y C. Warren Graham (24), Oliver Davie (25) y Pertia W. Aldrich (26) (vocales).
La inauguración oficial de la Segunda Exposición tuvo lugar a las siete de la tarde del día 13, una vez etiquetadas las obras presentadas y distribuidos los catálogos. Al día siguiente se abrió al público. El horario era diario, excepto domingo, de 10 de la mañana a 10 de la noche, y hasta el 22 de diciembre. En su Informe Hornaday escribió que la asistencia no fue la esperada y que la población de Boston no respondió como se presumía, añadiendo que "Salvo cuatro o cinco excepciones, los dieciséis taxidermistas profesionales de Boston y alrededores trataron a la Sociedad con la mayor frialdad y recelo, y se negaron a identificarse con el movimiento". Sobre el contenido de la Exposición Hornaday lo resumió del siguiente modo: "La exposición no contenía ejemplares mediocres, y los trabajos mostraron un sorprendente grado de mejora respecto a la primera Exposición. La exhibición obtuvo los mayores elogios de todos los visitantes, y en particular de los jueces, lo que compensó en gran medida su falta de éxito financiero". Los ingresos por la venta de entradas fueron de 319'50 dólares, mientras que solamente el alquiler del local costó 400 dólares. Sin contar el resto de ingresos y gastos, para equilibrar el presupuesto anual algunos de los miembros más implicados en la Exposición renunciaron a sus dietas e incluso un buen número de socios colaboró en una derrama.
A aquella Segunda Exposición se presentaron 222 trabajos y 9 proveedores mostraron sus productos. Se expusieron de nuevo el grupo de orangutanes de Hornaday y el grupo de flamencos de Webster que ambos habían preparado para el Ward's y que seguían en venta -800 y 150 dólares respectivamente-. Resumiendo la muestra en números, en la Clase A se contaron 3 grupos mixtos de mamíferos y aves de Hornaday (2) y Graham; 32 grupos de aves aportados por George H. Hedley y señora (8), Lucas (6), Webster (3), Fraine (3), Nelson Rush Wood (27) (2), Graham (2), Aldrich (2), Josiah S. Tennent (28), Ormsbee, Davie, Critchley y Jencks; un grupo de peces de De Kempeneer; 9 mamíferos individuales obra de Critchley (4), Hornaday (3), Webster y Davie; 43 aves individuales presentadas por Davie (12), Fraine (11), J. S. Tennent (9), Webster (7), Critchley (3) y Aldrich; un caparazón de tortuga aportado por Critchley; 4 peces individuales obra de Hornaday; 8 cabezas disecadas por Hornaday (5), Lucas (2) y Davie; 3 lotes de pieles de aves preparados por Albert G. R. Theobald (29), Jencks y Rathbun; y un grupo de crustáceos de De Kempeneer. En la Clase B se presentadon 41 animales o grupos de animales montados grotescamente por Bailly (29), Graham (7), Critchley (3), Lucas (2) y Fraine; y 75 artículos de uso y ornamento.
Medalla de bronce (30). |
En la reunión de la Junta Directiva del 24 de marzo de 1882 se aprobó el informe del tesorero que arrojaba un déficit de 314'11 dólares, acordándose solicitar a los socios que anticipasen el pago de cuotas, además de contribuciones especiales para compensar las pérdidas. La situación de la entidad era delicada. Jencks dimitió como tesorero, siendo sustituido por el reverendo Elgin. También se aceptaron tres nuevos miembros. El Segundo Informe Anual de la Sociedad no incluía en esta ocasión fotografias de la Exposición o de los montajes premiados.
En el Tercer Informe Anual publicado en 1884 Hornaday escribió en calidad de Secretario:
"El tercer año de la Sociedad de Taxidermistas Americanos ha sido de rápido y sustancial progreso. Aunque al principio el futuro de la Sociedad estaba envuelto en incertidumbre debido a un desajuste financiero temporal, el balance completo del año es todo lo que el amigo más ferviente de la organización pudiera razonablemente desear.A pesar de la desalentadora influencia de los resultados de la Exposición de Boston, y del casi total desinterés por la Sociedad manifestado por la población de esa autocrática ciudad; a pesar de una membresía muy dispersa y la consiguiente pérdida de fuerza; a pesar de muchas dificultades y dos aplazamientos, la confianza de los dirigentes en los miembros y entre sí se cumplió plenamente. La tercera reunión se celebró en Nueva York y fue un éxito total en todos los aspectos. Frente a tales desventajas, lo consideramos un récord del que bien podemos estar orgullosos."
En la reunión de la Junta Directiva celebrada en Rochester el 9 de octubre de 1882 se fijó la fecha del 4 al 16 de diciembre para celebrar la Tercera Exposición en Nueva York. Se eligió el comité organizador del evento y su presidente, Jacob Henry Studer (31) ofreció una aportación de 500 dólares para cubrir parte de los gastos. Por traslado del reverendo Elgin, se nombró tesorero a George C. Hazleton Jr. (32). También se anunció que, debido a un malentendido con las fechas, en diciembre no se podría disponer de una sala del edificio del Arsenal en Central Park. A principios de noviembre se anunció el aplazamiento de la Exposición y por unanimidad se acordó fijar la fecha del 2 de abril. Poco después Studer se retiró de la comisión organizadora y retiró también su oferta de subvención del evento. Ante un eventual desastre, se especuló con organizar una suscripción entre los miembros para afrontar los gastos. Se transmitió la propuesta al filántropo Andrew Carnegie (33), que de inmediato obsequió a la Sociedad los 500 dólares indispensables para organizar la cita. En la reunión de la Junta del 9 de marzo de 1883 en Rochester se aceptó la donación, la dimisión de Studer y su sustitución en el comité organizador por el doctor Joseph Bassett Holder (34). Ante la imposibilidad de conseguir un salón para el 2 de abril, se contrató el Lyric Hall, en el 723 de la Sexta Avenida, para los días 28 de abril a 8 de mayo. Para la ocasión se enviaron seiscientas invitaciones.
Durante todo el día lunes 30 de abril el jurado formado por J. W. P. Jenks, James Carter Beard y Daniel Carter Beard (35) examinó a puerta cerrada los trabajos presentados. La inauguración oficial tuvo lugar por la tarde. Holder, presidente del comité organizador, pronunció un discurso glosando el pasado, presente y futuro de la Taxidermia. La Tercera Exposición se abrió al público a partir del día siguiente en el horario acostumbrado de 10 de la mañana a 10 de la noche. En la Asamblea General de la Sociedad, celebrada en el mismo edificio, participaron 35 miembros y se prolongó durante todo el día. Lucas, en calidad de presidente, abrió la reunión con un discurso sobre el alcance y las necesidades de la Taxidermia, al que siguieron numerosas ponencias de miembros. Webster disertó sobre la Taxidermia como arte decorativo y sobre cómo limpiar las pieles de las aves, Hornaday acerca de los errores más comunes en el montaje de mamíferos, Frederick W. Staebner (36) sobre la importancia de las ilustraciones de animales para los taxidermistas, de nuevo Lucas sobre el montaje de crustáceos y sobre el montaje de tortugas, Rathbun sobre cómo preparar bien las pieles de las aves y Jenks sobre las bregas de los taxidermistas aficionados. La gran cantidad de intervenciones obligó a que la reunión se prorrogara un día más, el sábado 5 de mayo. La
Asamblea de la Sociedad acordó nombrar miembro honorario a Andrew
Carnegie por su generosa aportación, además de obsequiarle con dos de las piezas
expuestas. También fue nombrado socio honorífico Daniel Beard y se aceptaron 20 nuevos miembros activos. En la lista de agradecimientos se recordó además la siempre desinteresada colaboración del profesor Henry A. Ward, y de la prensa neoyorquina. Se decidió que la Cuarta Exposición se celebrase igualmente en Nueva York y se aprobó la lista de premios de la siguiente cita. Finalmente se leyó una carta de Spencer Fullerton Baird, director del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, invitando a la Sociedad a que reuniera y depositara en su institución una colección completa que ilustrara "el estado actual y las posibilidades de la taxidermia", oferta que fue aceptada.
Los montajes presentados en aquella Tercera Exposición fueron 555, más una cincuentena de piezas más fuera de concurso a título honorífico, incluyendo entre estas últimas algunas esculturas. Se dobló las cifras de anteriores exposiciones. En la Clase A, en la sección de grupos de mamíferos se mostraron 12 obras aportadas por Wallace (3), John T. Tennent (37) (3), Webster, Hedley y señora y Joseph W. Palmer (38), más tres de autores no referenciados en el Catálogo; se mostraron cinco grupos mixtos de Hornaday (2), Wallace, Hedley y su esposa y J. T. Tennent; se presentaron 50 grupos de aves realizados por Hedley y su esposa (15), Lucas (7), Aldrich (6), Fraine (3), Wallace (3), Joseph W. Palmer (3), William Palmer (39) (3), Critchley (3), J. T. Tennent, Levi S. Ward y S. C. Riggs (40), Clarence B. Riker (41), Rathbun, Webster y Mary Jeffrey Dugan (42); un grupo de reptiles de Lucas; ningún grupo de peces; 33 mamíferos individuales presentados por Josiah S. Tennent (7), Critchley (6), Hornaday (5), Wallace (4), William H. Jeremiah (43) (3), Martens (2), Fraine, Joseph Storck (44), Webster, Aldrich, "la esposa de W. Vick" (45), y uno conjunto de Aldrich y Elwyn Andrew Capen (46); 129 aves individuales aportadas por J. T. Tennent (30), Fraine (22), Webster (12), Aldrich (11), Wallace (10), J. S. Tennent (7), A. Yeoman (47) (6), Lewis M. McCormick (48) (6), Thomas Rowland (49) (5), Critchley (5), Jeremiah (4), W. Palmer (3), Rathbun (2), la señora E. Smith (2), Hedley y señora (2), la señora Vick, y una conjunta de Levi S. Ward y Riggs; en la sección de reptiles y batracios 15 piezas de Webster (9), Critchley (4) y J. T. Tennent (2); 5 peces individuales aportados por Critchley (3), Fraine y Webster; 24 cabezas de mamíferos preparadas por Critchley (8), Hornaday (5), Wallace (2), Lucas (2), Webster (2), Capen, más cuatro expuestas por el Ward's sin especificar autoría; y finalmente 3 lotes de pieles de estudio de aves aportados por Smith, Rathbun y Hutchinson. En la Clase B se expusieron 74 especímenes o grupos montados grotescamente, en su mayoría por Bailly, Graham y Fraine; 146 montajes ornamentales; y 48 útiles o complementos manufacturados. Siete proveedores de material taxidérmico mostraron sus productos. Para acercarlo al público, en la exposición también se representaba el taller de un taxidermista recreado por John Walter Hendley, escultor del Smithsonian.
En el apartado de premios ordinarios el dictamen de los jueces otorgó la medalla de plata a la mejor obra de la Exposición a Hornaday por Mungo un elefante africano joven, la medalla de bronce al segundo mejor trabajo a Webster por su Wounded Heron (Garza herida), la medalla de plata a la mejor exposición individual a Webster, una docena de diplomas de honor y cuatro certificados de mérito. Hornaday escribió sobre ello: "El informe presentados por los jueces de la Exposición de Nueva York fue, con mucho, el más minucioso y extenso de los presentados hasta el momento, y los mayores interesados lo consideraron por encima de toda crítica". La cita de Nueva York, que tuvo bastante repercusión en prensa, se saldó con unos ingresos por venta de entradas de 548'85 dólares, ello teniendo en cuenta que se habían repartido unas 2.000 entradas de cortesía gratuitas; mientras que la venta de obras expuestas sumó 1.258 dólares. Hornaday certificó al final de su informe anual:
"La Exposición y Asamblea general de la Sociedad en Nueva York fue un evento que será recordado por mucho tiempo por todos los participantes, quizá el más notable que jamás haya ocurrido en la historia de la taxidermia. Su éxito recompensa ampliamente el trabajo y la preocupación de meses de preparación y, aunque es cosa del pasado, su influencia se sentirá en los años venideros y permanecerá para siempre como prueba de lo que los taxidermistas estadounidenses pueden hacer."
Wounded Heron de Webster (51). |
Efectivamente la Sociedad proporcionaría al Museo Nacional Smithsonian de Washington una selección de herramientas, materiales, accesorios, pieles secas, sets de modelos ilustrativos del proceso de montaje y un buen número de ejemplos de trabajos taxidérmicos. Parte de la selección, denominada Contribución de la Taxidermia ornamental, aparece en la siguiente fotografía.
Parte de la selección de piezas donadas por la Sociedad de Taxidermistas Americanos al Smithsonian (50). |
En vez de la proyectada Cuarta Exposición que debía celebrarse de nuevo en la ciudad Nueva York, como en principio se había acordado, la Sociedad decidió participar en la Exposición Mundial del Centenario Industrial y del Algodón de Nueva Orleans de 1884. Lo hizo conjuntamente con el Museo Nacional de Historia Natural de Washington, aprovechando infraestructura y transporte, quizá como contraprestación o fruto del acuerdo de donación de la selección de Taxidermia. Hornaday, empleado del Museo, tras consultarlo con Webster, mandó el 17 de septiembre de 1884 una circular a todos los miembros de la Sociedad con dicho propósito.
Así, desde el 1 de enero de 1885, fecha en que quedó instalada y se abrió al público, el Smithsonian exhibió en aquella Exposición 150 mamíferos, 14 reproducciones de mamíferos, 28 esqueletos, 163 aves, 8 cabezas de mamíferos, 8 cornamentas de mamíferos, mientras que el apartado de la Exposición de la Sociedad de Taxidermistas Americanos se mostraban 56 trabajos. La superficie total ocupada por el Smithsonian fue de 2.300 metros cuadrados, de los que cedió 55 metros a la Sociedad. Entre los 28 trabajadores del Museo que participaron en la preparación y montaje de la Exposición (52) se encontraban los taxidermistas Lucas, Hornaday, Joseph y William Palmer y Jeness Richardson (53). Por cierto, el Ward's Natural Science Establishment también estuvo presente en Nueva Orleans con una exposición nada menos que de 735 metros cuadrados.
Poco más. La
Sociedad de Taxidermistas Americanos, que parecía consolidada y saneada
económicamente, y a la que se intuía una larga vida, desapareció casi sin
dejar rastro. No se celebraron más asambleas ni exposiciones y sus miembros fueron tomando distintos caminos. Tal vez se consideraran alcanzados los objetivos de promocionar la Taxidermia, de modernizarla y elevar su nivel, de encumbrarla a la categoría de arte, de iniciar su tránsito hacia una Taxidermia científica, de captar la atención de los gestores de los grandes museos.
Como decía al principio, quienes pusieron mayor empeño en la creación de la Sociedad fueron unos jóvenes Hornaday, Lucas, Webster y Baker, que arrastraron a sus profesores, unos veteranos Martens y Bailly, todos ellos trabajadores del Ward's de Rochester. A raiz de su éxito en la Primera Exposición con su grupo de orangutanes, Hornaday pasaría a trabajar a partir de 1882 para el Museo Nacional de Historia Natural, donde organizó y dirigió el Departamento de Taxidermia. Meses después le seguiría Lucas, que también ingresaría en el Museo de Washington como taxidermista especializado en aves, siendo posteriormente nombrado en 1904 director del Museo de Brooklyn, y a partir de 1911 ocupando el cargo de director del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. También aquel año 1882 Webster se estableció como taxidermista privado en Washington, no muy lejos del Museo de Historia Natural, hasta que a partir de 1897 pasó a ocupar la plaza de taxidermista jefe del Museo Carnegie de Pittsburgh. Arthur B. Baker sólo permaneció en el Ward's entre 1880 y 1882. Por citar otros trabajadores del Ward's, ya fuera de aquel grupo impulsor, que tomaron diversos caminos, puedo referirme a John William Critchley quien en 1884 se estableció como taxidermista privado en Providence, Rhode Island, trasladándose una década más tarde a Nueva York; o a Nelson Rush Wood, que trabajó a partir de 1888 en el Smithsonian. Otros dos empleados en Rochester, Charles De Kempeneer marchó en 1884 a Auckland, Nueva Zelanda, para trabajar en el museo local, falleciendo a su llegada; y Josiah S. Tennent falleció aquel mismo 1884. Finalmente un jovencísimo y prometedor Carl E. Akeley, con tan sólo 19 años y recién contratado por Henry A. Ward, aceptado como miembro de la Sociedad de Taxidermistas en 1883, no llegó a tiempo de poder participar en la Tercera Exposición; permaneció en el Ward's hasta 1887, salvo un lapso de año y medio, en que trabajó con John Wallace. Quizá fuera aquella diáspora la causa mayor de la disolución de la Sociedad de Taxidermistas Americanos, por encima de un final voluntario y acordado tras considerarse los objetivos cumplidos. Conjeturas.
Hornaday en un artículo titulado Masterpieces of American Taxidermy publicado en Scribner's Magazine en 1922 seguía reivindicando el papel de La Sociedad de Taxidermistas Americanos:
"El ascenso de la taxidermia estadounidense al nivel de otras bellas artes conocidas hasta ahora es un capítulo de la historia no escrito. Es probable que actualmente no más de una veintena de personas conozcan la verdadera historia de la Sociedad de Taxidermistas Americanos y la revolución que provocó. Sería completamente inadecuado escribir sobre las obras maestras de la taxidermia norteamericana sin exponer al menos un esbozo de la historia que representan. Unos pocos miembros de la generación más joven de trabajadores cómodamente instalados en pétreos palacios de paz y abundancia, han hablado eruditamente de la "nueva escuela" de taxidermia sin mencionar a los hombres que trabajaron duro para sentar las bases y erigir la mitad de los muros de esa "escuela". Me han contado que hay taxidermistas actuales a los que no les gusta que les llamen menos que "escultores".Opinamos que desde que nació el arte, ninguna rama del mismo, ni ninguna ramita, recibió un impulso tan rápido y contundente como el que recibió la taxidermia en Estados Unidos entre 1879 y 1890. De 1880 a 1885, un pequeño grupo de jóvenes gastaron todos sus ahorros, y también se deslomaron, por la causa que representa la pequeña pero vigorosa S. T. A. [por sus siglas]. Han vivido para ver todos sus sueños hechos realidad, y han vivido para contemplar con escandaloso orgullo y satisfacción un gran ciclo de resultados en su campo y decir: "Te lo dije".No se puede decir, en una frase trillada, que "construyeron mejor de lo que sabían"; porque con infinita complacencia creían que estaban haciendo historia y sentando las bases de una verdadera mejora. Afortunadamente, en esa creencia no estaban solos ni sin ayuda; ¡porque todos ayudaron!
En 1879 había en Estados Unidos unos cuantos taxidermistas de aves muy buenos, pero por mucho que se removieran los arbustos no se ahuyentaba ni a un buen montador de mamíferos. Todos los "animales", grandes y pequeños, estaban "rellenos" -literalmente- de paja, estopa, algodón, serrín o algo peor. Hasta donde sabemos, ningún museo disponía de un taxidermista a tiempo completo, salvo el nuevo National, en Washington, donde Edward Marshall montó aves (54). La mayoría de los demás museos fueron abastecidos por trabajadores independientes y el trabajo de dos o tres taxidermistas extranjeros del Ward's Natural Science Establishment en Rochester.La idea de crear museos científicos con grupos de grandes mamíferos, con accesorios naturales o artificiales, nació en un bosque plagado de orangutanes y gibones vivos en el río Sadong, Borneo, en el glorioso mes de noviembre de 1878. Fue allí donde se ideó y se determinó el primer gran grupo de mamíferos jamás producido en América. Un año más tarde tomó forma visible en "Disputa en las copas de los árboles" [A Fight in the Tree-Tops], montado en Ward's, en 1879, y expuesto por primera vez (en 1880) en la reunión de Saratoga de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (55). Allí fue visto por un joven y atrevido innovador de museo llamado G. Brown Goode, subdirector del Museo Nacional de Estados Unidos. En 1883 aquel grupo fue adquirido por el Museo Nacional, y cuando lo vi allí en junio de 1920, cuarenta años después, estaba en tan buen estado de conservación que me produjo un estremecimiento de satisfacción. Sí; incluso cuarenta años después no nos avergonzamos de ello; porque está lo suficientemente cerca de los estándares de hoy como para tener derecho a un lugar bajo el sol.
La Sociedad de Taxidermistas Americanos, para el avance y desarrollo de la taxidermia hasta que tuviera un lugar junto a las bellas artes, se organizó en Rochester el 24 de marzo de 1880, y hasta el día de hoy me maravillo del grado de inteligencia animal, y el buen compañerismo universal, desplegado por sus miembros.Los celos absurdos y el "secretismo" en los métodos existentes con anterioridad fueron barridos. Todos sus miembros pusieron sobre la mesa sus mejores métodos, para beneficio de todos. Entre los fundadores de la sociedad se encontraban Frederic S. Webster, Frederic A. Lucas (ahora director del Museo Americano de Nueva York), J. William Critchley, Jules F. D. Bailly, Thomas W. Fraine, F. W. Staebner, John Martens y quien escribe. Una veintena de hombres y mujeres muy dispersos participaron activamente en la medida de sus posibilidades."
En su texto Hornaday proseguía recordando a algunos de los miembros, revisaba sucintamente la historia de la Sociedad, sus exposiciones competitivas, los componentes de los jurados, la aprobación y estímulo obtenidos de destacados zoólogos, y concluía su referencia a la Sociedad:
"De principio a fin, quienes dirigieron la Sociedad de Taxidermistas defendieron vigorosamente la idea del grupo como promotor de una nueva vida e interés por los museos. En las tres exposiciones se elaboraron y exhibieron laboriosamente numerosos y excelentes grupos de aves, mamíferos y reptiles, y se insistió en las grandes posibilidades de los grupos como exhibiciones científicas y legítimas de museo.Sin mención alguna acerca de las razones que conllevaron la disolución de la Sociedad.
Ahora es historia indiscutible que las exhibiciones competitivas, la animada apreciación pública del esfuerzo artístico y el intercambio cordial y constante de métodos e ideas provocaron en cinco cortos años una revolución completa en los métodos y resultados de la taxidermia. Por ejemplo, prontamente se evidenció que los días del "disecado" (56) medieval de paja y estopa dejaron de existir para siempre. Se admitió que ya no se podía ignorar la anatomía externa de los animales."
Notas y créditos.-
(1) No confundir con Frank Blake Webster, asimismo taxidermista y comerciante de Historia Natural de Hyde Park, Massachusetts.
(2) F. T. Jencks (1856-1948), aprendió taxidermia en la Universidad Brown
de la mano del profesor John Wipple Potter Jenks. En 1876 se asoció con James Mortimer Southwick y fundó Southwick & Jencks' Natural History Store de Providence, Rhode Island. En 1886 abandonaría la empresa para asociarse con John William Critchley, taxidermista ex empleado de Henry A. Ward.
(3) Conservador de la colección ornitológica de la Universidad de Princeton.
(4) Carl Ethan Akeley daría sus primeros pasos en Taxidermia en el taller del escocés de origen David Bruce (1833-1903).
(5) Ilustraciones contenidas en el Primer Informe Anual de la Sociedad de Taxidermistas Americanos.
(6) Taxidermista privado de Cleveland, Ohio.
(7) Véase la nota 2.
(8) Taxidermista de Auburn, Nueva York.
(9) Rathbun (1858-1946) además de taxidermista fue ornitólogo y banquero.
En 1890 se trasladó a Seattle donde ejerció de Tesorero Municipal entre
1900 y 1902. Donó su colección ornitológica al Smithsonian de Washington, que lo nombró Conservador honorario.
(10) Taxidermista privado de Medina, Nueva York.
(11) Empleado del Ward's Establishment.
(12) El taxidermista belga Charles De Kempeneer (1852-1884) trabajó durante
siete años en el Museo Real de Bruselas, antes de ingresar en el Ward's.
En 1882 permaneció durante tres meses en el Museo de Auckland,
regresando a Rochester. En 1884 volvió a Auckland para incorporarse de
nuevo al museo, pero falleció nada más llegar a su nuevo destino.
(13) Empleado del Ward's.
(14) Ex trabajador del Ward's establecido por cuenta propia en Nueva York.
(15) La expresión colgar las arpas en los sauces, en referencia al salmo 137 de la Biblia, equivaldría a la más actual dejar el tema aparcado.
(16) Ilustracion de Taxidermy and Zoological Collecting (1891) de William T. Hornaday.
(17) En su informe Hornaday escribe literalmente: "Se eliminaron los nombres de tres delincuentes y dos miembros dimitieron por falta de dedicación al trabajo taxidérmico". Probablemente se tratara de impostores o meros aficionados.
(18) Ilustrador especializado en animales. Véase el artículo "A New Art", artículo de 1896 de James Carter Beard en Scribner's Magazine en Taxidermidades.
(19) Véase el artículo Los alumnos de la clase de Taxidermia del profesor Jenks en Taxidermidades.
(20) Hinkley (1813-1896) fue un reputado pintor naturalista.
(21) Medios peces preparados para colgar en la pared.
(22) Finalmente publicó uno titulado Colocación y vendaje de las plumas de las aves.
(23) Efectivamente, en el siguiente Informe Anual Lucas publicó un listado, pero con tan solo catorce referencias.
(24) Taxidermista privado de Saint Johnsbury, Vermont, propietario del Graham's Museum of Taxidermy and Curiosities.
(25) Taxidermista privado de Columbus, Ohio, autor de Methods in The Art of Taxidermy (1894). Véase el artículo Oliver Davie, taxidermista, ornitólogo, librero y poeta en Taxidermidades.
(26) Aldrich compartía la sociedad Capen & Aldrich
de Boston con el también taxidermista Elwyn Andrew Capen, que aparecerá
más adelante como participante en la Tercera Exposición. En 1883 ambos
venderían la empresa a Frank Blake Webster de Hyde Park, permaneciendo
Aldrich durante algún tiempo como encargado de la sección de Taxidermia
de la sucursal bostoniana.
(27) Taxidermista empleado en el Ward's entre 1878 y 1888. Véase el artículo Nelson Rush Wood, taxidermista de aves del Smithsonian en Taxidermidades.
(28) Taxidermista empleado también en el Ward's. En el listado de miembros que aparece en el Informe Anual de la S.T.A. publicado en 1884 aparecerá ya como fallecido.
(29) Albert G. R. Theobald era miembro correspondiente de la Sociedad de Taxidermistas Americanos en la India, socio de Theobald Brothers de Mysore. Hornaday lo conoció durante su viaje de recolección a la India y Borneo entre 1877 y 1878.
(30) Ilustración del artículo The Birth of Habitat Bird Groups, reminiscences written in his ninety-fifth year (1945) de Webster.
(31) Popular ornitólogo, pintor, litógrafo e impresor, autor de Studer's Popular Ornithology (1874).
(32) Taxidermista de Boscobel, Wisconsin.
(33) Empresario e industrial, cuya aportación fue decisiva para la
construcción del Museo de Historia Natural de Pittsburgh que lleva su
nombre.
(34) Zoólogo y médico que en aquella fecha ejercía como conservador de la
sección de invertebrados del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.
(35) Reconocido ilustrador, autor y líder juvenil. Ilustró algunos libros de su amigo Mark Twain.
(36) Ex empleado del Ward's especializado en mineralogía, que en aquella época ejercía como profesor en una escuela de Westfield, Massachusetts.
(37) Hermano de Josiah S. Tennent, John T. Tennent vivía en Barnwell, Carolina del
Sur, tenía 23 años y días antes de de la Tercera Exposición se ofreció por carta a Henry A. Ward para trabajar
para él.
(38) Procedente de Inglaterra, Joseph Palmer fue contratado en 1873 por el Museo Nacional de Historia Natural de Washington.
(39) Hijo de Joseph Palmer, ingresó en la plantilla del Museo de Washington en 1874.
(40) Levi Ward y Riggs, quizá socios, tenían su domicilio en Gibbs Street, Rochester.
(41) Naturalista aficionado de Nueva York.
(42) De Nueva York. Sin más datos, aparece como socia fallecida en el Informe Anual de la Sociedad de Taxidermistas de 1884.
(43) Taxidermista de Newark, Nueva Jersey. Durante una época trabajó en el Ward's.
(44) Taxidermista
de Boston que en 1882 patentó un marco para pared con cristal abombado
para mostrar piezas disecadas. Durante algun tiempo trabajó para Henry A. Ward.
(45) William Vick y su esposa, quizá taxidermistas aficionados, residían en Rochester.
(46) Véase la nota 26.
(47) Quizá pariente del taxidermista Charles Yeoman de Southampton, Inglaterra, activo a principios del siglo XX.
(48) Trabajó como conservador en el museo de la Universidad de Oberlin, Ohio.
(49) Taxidermista profesional ubicado en el 182 de la Sexta Avenida de Nueva York.
(50) Ilustraciones contenidas en el Tercer Informe Anual de la Sociedad de Taxidermistas Americanos.
(51) Detalle de una imagen propiedad de Smithsonian Institution Archives. SIA-MNH-2783.
(52) Aparecen listados en una carta de George B. Goode, subdirector y comisionado para la Exposición de Nueva Orleans, a Spencer F. Baird, director del Smithsonian, fechada el 23 de junio de 1884.
(53) Especializado en aves y compañero de Hornaday en el Ward's,
éste lo integró en su equipo del Smithsonian. En 1886 Richardson pasó a
dirigir el recién creado Departamento de Taxidermia del Museo Americano de Nueva York.
(54) Según mis notas, el primer taxidermista contratado por el Smithsonian
fue Joseph Palmer en 1873. Le siguieron su hijo William Palmer al año
siguiente, Henry Marshall en 1875, y el hijo de éste George Marshall en 1881. No me consta ningún Edward Marshall.
(55) En realidad Hornaday terminó A Fight in The Tree-Tops en agosto de 1879. Aquel mismo mes tuvo lugar la reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Saratoga Springs, Nueva York.
(56) En el original "stuffing", literalmente rellenado. En español se suele emplear el término disecado.
© All rights reserved. ® Reservados todos los derechos.
Taxidermidades, 2024.
--- First Annual Report of the Society of American Taxidermists , Daily Democrat and Chronicle Book and Job Print, Rochester, 1881. (libro electrónico)
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William Temple Hornaday Taxidermy and Zoological Collecting , Charles Scribner's Sons, Nueva York, 1891.
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Recursos:
Artículo Henry A. Ward. El "Ward's Natural Science Establishment", semillero de taxidermistas en Taxidermidades.
Artículo Artículo autobiográfico de Frederic S. Webster, taxidermista del Carnegie en Taxidermidades.
Artículo William T. Hornaday, taxidermista y conservacionista del bisonte americano en Taxidermidades.
Artículo Los grupos de Hornaday. El tránsito hacia una taxidermia científica en los Estados Unidos en Taxidermidades.
Artículo "A Fight in the Tree-Tops" de William T. Hornaday en Taxidermidades.
Artículo Oliver Davie, taxidermista, ornitólogo, librero y poeta en Taxidermidades.
Artículo Nelson Rush Wood, taxidermista de aves del Smithsonian en Taxidermidades.